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Gripe A: ¿quién atiende la salud de los trabajadores?

Pasadas las elecciones salió a la luz el flagelo de la llamada “gripe porcina”, queda claro que esta crisis sanitaria se estuvo ocultando hasta ahora, provocando miles de infectados y decenas de muertos, en todo el país. Ante esta pandemia mundial, el gobierno nacional y los gobiernos locales demuestran que son incapaces de enfrentar la situación. Es necesario implementar una salida que atienda las necesidades de los trabajadores y el pueblo inmediatamente.

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2 de julio 2009

por Dres. Juan Porto y Horacio Lassalle, Médicos y delegados del Hospital Cestino de Ensenada, Docentes de la Facultad de Medicina de la UNLP

Al 26 de junio, 117 países del mundo han confirmado 67.895 casos de influenza A (H1N1) con 317 muertes relacionadas. Argentina “oficialmente” reconoce 1.587 casos, y al cierre de esta edición se contabilizaban 44 muertes relacionadas.

El 23 de abril México declara la Emergencia Sanitaria en su país y al día siguiente la OMS declara la presencia de este nuevo virus en EE.UU. y México, considerando esto una Emergencia Sanitaria de importancia internacional.

El 29 de abril la OMS cambia de fase 4 a 5 de la epidemia porque ya existía transmisión entre personas de 2 países de una misma región sanitaria OMS. Este cambio implica que los países deben “comenzar a desarrollar sus programas de prevención tendientes a evitar la extensión de la epidemia”. ¿Cuál fue el programa implementado por el gobierno nacional, además de hacer la plancha hasta que pasen las elecciones?

A diferencia de la influenza estacional que puede afectar entre el 5 y 20 % de la población, en una situación de pandemia la población afectada puede alcanzar hasta el 50%, con el consiguiente colapso de los sistemas sanitarios que no hayan previsto esta situación. La celeridad en la adopción de medidas es de fundamental importancia para contener una epidemia. Las mismas deben ser oportunas y eficaces, por lo tanto resulta criminal retrasar la toma de decisiones para no pagar el costo político en un acto eleccionario.

En la Argentina, dada la etapa de la pandemia en que estamos, el Ministerio de Salud instruyó a estudiar sólo los casos que requieren internación (instrucción del 26/6/09) por lo que la cantidad de casos reales nadie los sabe, sin embargo algunos especialistas estiman que los casos confirmados por laboratorio habría que multiplicarlos al menos por 10.

Según especialistas el virus seguiría comportándose en forma más benigna que la Influenza estacional a la luz de los casos mundiales y la cantidad de muertes relacionadas (la gripe estacional el año pasado ocasionó entre 2000 y 4000 muertes relacionadas). El problema reside no en la letalidad del virus sino en la posibilidad de que un gran número de personas se infecten afectando más extensamente a los grupos de riesgo lo cual generaría en números netos alta cantidad de muertes relacionadas. Pero también el estado del sistema sanitario que se encuentra en crisis desde hace largo tiempo y que los años de crecimiento a tasas históricas no han modificado en lo más mínimo, por el contrario el desfinanciamiento del hospital público se ha profundizado.

El 11 de junio la OMS elevó el alerta a fase 6 que implica la aparición de casos en al menos un tercer país de otra región sanitaria OMS. Según un informe de la Sociedad Argentina deInfectología los países pasan de la etapa de contención (políticas enérgicas para limitar la extensión de la infección) a una de mitigación (con tratamiento sólo de aquellos casos más graves) cuando la primera no ha sido viable.

La Argentina se encuentra en fase de mitigación. Recién hoy, cuando el virus ya se encuentra circulando ampliamente se declara la Emergencia Sanitaria, intentando así el gobierno descargar toda la responsabilidad de la crisis sanitaria sobre ineptitud de la ex ministra Ocaña y presentando en forma tardía a un comité de crisis que además sólo busca darle cobertura al nuevo Ministro Manzur (conocido por manipular estadísticas de mortalidad infantil en Tucumán – ver recuadro).

El colapso del sistema sanitario se vive sin pandemia

Frente a la hipocresía del gobierno nacional y provincial y el doble discurso al igual que con el dengue, estas crisis vienen a desnudar y poner de manifiesto el verdadero estado del sistema sanitario argentino. Sistema que ni siquiera se encuentra preparado para dar respuesta a los constantes problemas sanitarios del país como la desnutrición y mortalidad infantil que ha vuelto a aumentar en la última estimación; así como el dengue; la tuberculosis y tantas otras enfermedades relacionadas con la pobreza y potencialmente evitables.

Frente a situaciones como esta pandemia, en la que los trabajadores de la salud nos vemos desbordados por aumentos de la demanda de atención en parte generadas por el manejo sensacionalista de los medios de comunicación, tenemos que escuchar al ministro Zin decir que el “sistema público se encuentra preparado para atender la demanda por que los más afectados son los sectores medios- altos que se atienden en privado”.

Es evidente que el mediático Dr. Zin es un hombre del privado y no tiene noción de la realidad del hospital público. Para él el sector público sólo significa oportunidades de negocios para los grandes grupos económicos como la industria farmacéutica que en las situaciones de sufrimiento de la población, hacen ganancias extraordinarias. (Laboratorios Roche gracias a la pandemia logró colocar todo el stock de oseltamivir –Tamiflú®– en el planeta y subió sus acciones en bolsa un 6%).

Zin quiere ocultar que la demanda se ha triplicado y el personal sigue siendo el mismo, que ya era insuficiente para atender la demanda antes de la epidemia de influenza A (H1N1), y que desde hace tiempo se han venido achicando las camas hospitalarias así la relación personal/ camas se mantiene. El resultado: hoy faltan camas en todos los hospitales para internar a los pacientes con complicaciones respiratorias derivadas del nuevo virus u otros (recordemos que en invierno tenemos aumentos estacionales de casos de neumonías, influenza estacional, bronquiolitis y otras). Y además la realidad, es que no existe prácticamente en ningún hospital la posibilidad de aislar a los casos de gripe A que se internan, del resto de la población hospitalaria.

Las normas de sociedades de infectologia de prestigio (Sociedad Argentina de Infectología; Sociedad Argentina de Pediatría) se adaptan a la disponibilidad de recursos y no a la necesidad real: los barbijos 3M n95 son reemplazados por los de tela comunes y en cantidades insuficientes; los antivirales sólo se utilizan en los casos que requieren internación, por lo que la mayoría de los pacientes que concurre a los hospitales y reúne criterios para caso sospechoso se va a su casa con paracetamol (la recomendación de la SADI dice: que todo caso sospechoso debe recibir tratamiento dentro de las primeras 48 hs. de iniciados los síntomas, con antivirales y aislamiento domiciliario si no reúne criterios de internación).

La respuesta del gobierno para resolver la falta de personal será convocar “médicos jubilados y estudiantes de medicina”, cuando en el despacho del gobernador testimonial Scioli duermen los expedientes de más de 3.000 compañeros profesionales y no profesionales becarios que esperan designación. Desde el Ministerio de Salud de la Provincia, se anuncia que dentro de las “medidas de emergencia” se incorporaron “934 nuevos residentes”, cuando en realidad deberían haber ingresado, como sucede anualmente, el 1° de junio con lo cual “se ahorraron un mes de sueldo”. Pura hipocresía.

Los trabajadores debemos dar una respuesta en base a nuestros propios intereses

El ministro de Salud de la CABA dijo que las acciones de bloqueo como la suspensión de clases son muy “costo-efectivas”, pero no así la suspensión de espectáculos ni de circuitos turísticos, lo que deja ver que el comité de crisis no es muy amigo de afectar las ganancias de los capitalistas en vísperas del receso de invierno. Las recomendaciones de las Sociedades de infectología no hablan en ningún lugar de acciones parciales por ser ineficaces para contener la epidemia. Las acciones deben ser totales y contundentes. O se atiende la salud del pueblo o las ganancias capitalistas.

Para responder a la Emergencia Sanitaria, en primer lugar se debe dar franco con el pago total del sueldo –incluido el presentismo y demás adicionales-, a todo trabajador/a que deba atender a sus hijos en edad escolar. Hay que suspender todas las actividades que favorezcan la propagación incluidas las laborales tanto en el sector público como privado, con el pago integro de los salarios para los trabajadores.

Hay que disponer el urgente nombramiento de personal profesional y no profesional en los Hospitales, garantizando el suministro de todos los insumos necesarios y la distribución gratuita de los medicamentos de probada eficacia. Junto con esto todas las clínicas privadas deben ser puestas bajo la órbita pública al servicio de responder a la Emergencia Sanitaria y dar atención gratuita e integral de toda la población.

Un programa que enfrente la pandemia desatada sólo será posible afectando las ganancias capitalistas, para priorizar la salud de los trabajadores y el pueblo.

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