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La alianza entre el gobierno y la UIA

17 de febrero 2005

Un "pacto social” contra los salarios

Los trabajadores del subte han pateado el tablero y los empresarios, el gobierno y la burocracia sindical se pusieron rápidamente a intentar juntar y reordenar las fichas. Ante la posibilidad de una escalada de luchas salariales, Kirchner y la UIA salieron en búsqueda de un “pacto social” que subordine la recomposición salarial a la competitividad empresaria. Es decir, sin afectar sus ganancias y grandes negocios. Además, están obsesionados que la cosa se defina por sector, buscando dividir la lucha de los trabajadores para debilitar sus fuerzas y mantener una extensa base obrera a bajo precio.
El Estado, los empresarios y los dirigentes burócratas de la CGT (que acepta por abajo y vocifera para afuera intentando ganar tiempo en búsqueda de nuevas maniobras) y de la CTA (que lagrimea por un espacio en el sillón) han puesto en debate la relación entre el salario de los trabajadores y la productividad patronal (buscando dar respuestas políticas desde arriba a la lucha iniciada por los trabajadores por su subsistencia). El punto central para la patronal es decretar un techo al precio de la fuerza de trabajo. Sin embargo, la lucha de los trabajadores del subte le ha puesto un piso. “La presión salarial, en una economía en alza -dice, Clarín-, es algo que no puede esconderse pero que tiene que ser realista”.1 Veamos esta realidad desde la clase obrera y el pueblo pobre.

Salario e inflación

“Las cifras oficiales indican que desde diciembre del 2001, los salarios subieron en conjunto el 31,7%. Y en ese lapso, la inflación se incrementó el 55%.”2 Sin embargo según el INDEC a marzo del 2004 el rubro alimentos y bebidas se incrementó en un 67,2% e indumentaria lo hizo en un 72,6%. Algunos productos de la canasta básica de consumo de los sectores de ingresos medios y bajos vieron crecer sus precios en más de un 100%.3 Y según el Cronista Comercial del 10/12/04 “la canasta básica de alimentos creció por encima del 85%”.
Se debe destacar que los aumentos decretados lo recibieron los trabajadores en blanco, mientras que los trabajadores “en negro” y estatales recibieron mucho menos, y en tanto los trabajadores desocupados siguen recibiendo los míseros 150 pesos desde el 2001. De esta manera el gobierno y la patronal, con la complicidad de la burocracia sindical, genera una desigualdad entre los trabajadores que es una de las armas más filosas para dividir y atacar los salarios.
Es de esta manera que mientras el valor de la canasta básica total, la que fija la línea de pobreza, es hoy de 740 pesos; la mitad de la población trabajadora de este país se encuentra por debajo de estos valores, y casi 6,5 millones no cubren la canasta básica alimentaria, que fija la llamada “línea de indigencia” (335 pesos). La canasta familiar para vivir (un parámetro que calcula alimentación, vivienda, salud, educación, ropa, calzado, higiene, transporte, comunicación, ocio y cultura) para una familia tipo (un matrimonio con dos hijos) ronda los 1600 pesos mensuales. 

Productividad y ganancias del "sistema”

Al robo salarial a través de la inflación la patronal le suma el robo mediante la productividad (la cantidad de unidades que produce un trabajador en un determinado lapso de tiempo), que “según la entidad fundada por Martín Redrado, la mayoría de los sectores industriales no debería tener problemas para soportar los aumentos salariales, ya que presentan brechas entre el crecimiento de productividad y el salario real superiores al 25%.”4 En otras palabras los trabajadores producen más con menos salarios.
De esta manera, la renta empresarial, sus ganancias, supera los niveles de 1997. La industria manufacturera (como la alimentación o la siderurgia) junto con la construcción, el combustible y el agro la encabezan (y en los servicios la tendencia va en aumento). Según diversas fuentes, una tercera parte de lo que producen los trabajadores va derecho al bolsillo capitalista: la rentabilidad empresaria se encuentra en el 32%, cuando en el ’97 no superaba el 20%5. Está claro: la política de Kirchner es garantizar la tasa de ganancia de los empresarios. 

1 Editorial del diario Clarín, domingo 13/02/05.
2 Clarín 08/02/05.
3 Revista Fortuna, “Ganadores y perdedores de la devaluación”, Diego Valenzuela.
4 Clarín 08/01/05.
5 Francisco de Narváez, Grupo Unidos del Sud.

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