Antes de empezar la lectura del veredicto, una doble columna de uniformados “protegiendo” a los jueces en la sala de audiencias preanunciaba lo que iba a pasar. Como todos los lectores vieron por los medios, el lunes pasado los jueces Anache, Topalián y Portunato del Tribunal Oral 3 de Quilmes absolvieron a cuatro policías de la Comisaría Primera de Varela acusados de torturar a Andrea Viera (motivo por el cual falleció 12 días después) y a su esposo tras detenerlos en mayo de 2002, y condenaron a perpetua a la cabo Jorgelina Oviedo. Cabe aclarar que esta última, aunque es una mujer joven, cumplirá la sentencia ... en su casa. Este Tribunal fue el que también en un fallo escandaloso dejó libre en noviembre de 2004 al policía Salmo que me efectuó un disparo que me tuvo al borde de la muerte y por el que me encuentro en una silla de ruedas. Los mismos tribunales, los mismos jueces, la misma impunidad para avalar la represión policial. Por eso, a la lógica indignación que generaba la sentencia se sumó este antecedente nefasto. Los familiares de las víctimas de la represión reaccionaron denunciando al tribunal y sus antecedentes. En la calle, entre las organizaciones que acompañaban a la familia Viera pasó lo mismo. Un miembro de HIJOS fue detenido por repudiar este fallo escandaloso y algunos familiares fueron golpeados. No conformes con esto la policía montó un operativo inusitado. Es evidente ya que en los tribunales de Quilmes no sólo se apaña el accionar represivo sino que existe un particular ensañamiento contra los miembros de organismos de derechos humanos. Se vió con mi fallo, con el de ayer y con la detención de este compañero al que, como una nueva provocación, se le inició una causa.
Eugenia Viera, hermana de Andrea, decía “queda claro que hay una justicia para los ricos y otra para los pobres”. Algunos manifestantes y periodistas comentaban “seguro que el juicio de Blumberg no va a terminar así”. Es cierto, la justicia está al servicio de los represores y de los poderosos, de los que los primeros son perros guardianes. Las víctimas y la impunidad siempre quedan del lado del pueblo trabajador y sus luchas. Por eso insistimos, hoy más que nunca, que todos los familiares de víctimas, organizaciones de trabajadores, organismos de derechos humanos y los partidos que no tranzan con la represión y la impunidad deben coordinarse para acabar con estos flagelos.