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La inflación y el lock out del campo

“Por mí hagan lo que quieran. Esta lista es para el INDEC”, habría sido la respuesta que les dio Moreno a los operadores del negocio de la carne, cuando éstos les plantearon “que los precios que se fijaban no tenían correlación con los valores del ganado, y que eso los obligaría a vender parte “en negro” (Clarín 12/03).

Armando Mouzo

13 de marzo 2008

“Por mí hagan lo que quieran. Esta lista es para el INDEC”, habría sido la respuesta que les dio Moreno a los operadores del negocio de la carne, cuando éstos les plantearon “que los precios que se fijaban no tenían correlación con los valores del ganado, y que eso los obligaría a vender parte “en negro” (Clarín 12/03).

Las tendencias inflacionarias mostraron la ineficacia del “comisario político” de Kirchner para contener la inflación que se mostró no solo en la carne sino en las harinas. Por esto, el gobierno anunció mediante el ministro Lousteau un sistema de retenciones móviles para el trigo, el girasol y la soja para los próximos cuatro años, que busca planchar el precio estas materias primas, impedir la “sojización” del país, y de paso incrementar la recaudación.
Estas medidas han provocado la reacción unificada de los distintos sectores del campo que, aún con distintos intereses, lanzaron un lock out de las cuatro principales entidades, desde la Sociedad Rural que aglutina a los más oligarcas, hasta la Federación Agraria que agrupa a los pequeños y medianos productores. También se suman Confederaciones Rurales Argentinas y Coninagro.

Una salida obrera y popular

Como todos sabemos no sólo aumenta el pan, la carne y la leche. Todos los bienes y servicios vienen subiendo. Para garantizar las ganancias de las patronales de la industria, y equipararlas a las ganancias extraordinarias del campo, el gobierno, junto a la burocracia sindical, buscan mantener achatados los salarios. Justamente por este motivo el gobierno intenta evitar los aumentos de los alimentos, mediante las retenciones. Es que si los sueldos no alcanzan para comer, no habrá burocracia que impida el reclamo salarial.

Ante esta situación hay que luchar en primer lugar por romper el techo del 20% en los aumentos de salarios que implementó el gobierno junto a Moyano y sus colegas. Tenemos que pelear por un salario mínimo igual a la canasta familiar y que se ajuste automáticamente por la inflación.

Por otra parte las medidas que toma el gobierno para impedir que los capitalistas del campo trasladen los precios internacionales a los locales, se han demostrado impotentes. Así, estos oligarcas siguen embolsando millones, aumentan los precios y producen desabastecimientos. Y como si fuera poco tienen el tupé de hablar como si les estuvieran sacando el pan de la boca a sus hijos. Además con estas políticas arrojan a los pequeños productores en brazos de los oligarcas de la Sociedad Rural y su programa antipopular. Para terminar con esta oligarquía hay que expropiar sin pago y nacionalizar los latifundios, para ponerlos a producir al servicio de los trabajadores y el pueblo, y darles la tierra a aquellos campesinos que no la poseen. Para terminar con la especulación de los grandes exportadores, hay que nacionalizar el comercio exterior y ponerlo bajo control de los trabajadores, de manera tal que sea el estado el que compre la producción nacional y decida que proporción se exporta luego de satisfacer las necesidades de los trabajadores y el pueblo. Con estas medidas no habrá desabastecimiento, y se podrán vender alimentos baratos.

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