Matías Casas tenía 19 años. El domingo 22 estaba junto a su novia en el Barrio Cuenca XV. Fueron sus últimos momentos, porque un policía de la Provincia de Neuquén decidió dispararle por la espalda tres tiros con su arma reglamentaria. Dos de ellos impactaron en su cuerpo, uno fue mortal.
Los tiros fueron disparados mientras Matías se retiraba en moto ante el primer disparo que este policía les tiro a él y a su novia. Pudo seguir unas 6 cuadras pese a la herida, que le había atravesado la espalda, y allí es cuando cae. A los pocos minutos, dos móviles policiales rodeaban a Matías, malherido en el piso. Nadie lo ayudó por largo rato. Es más, este Policía, no conforme con los disparos, junto a su hijo y un vecino, atacó a Matías con golpes y patadas cuando yacía en el suelo. Todo bajo el amparo de los policías presentes de la Comisaría 18 de Neuquén. Matías muere a causa de esa bala mortal.

Hoy el policía Héctor David Méndez está detenido, pero la familia de Matías, a quienes representamos, quiere que haya justicia por su hijo, y que todos los responsables sean enjuiciados.

Hoy Matías ya no está, y su caso no es un caso aislado. Es otro caso de gatillo fácil, que muestra la impunidad de la Policía de Neuquén, que ataca, reprime, y persigue a los jóvenes en los barrios pobres. La misma policía que fusiló a Carlos Fuentealba, la que baleó a Pepe Alveal, que tortura en la Unidad de Detención 11, la que viene intacta desde la dictadura.

Llamamos a todas las organizaciones a movilizarnos. Por todos los Matías, es necesario una campaña contra el gatillo fácil, la represión y la persecución policial a los jóvenes.