La salud de Castells se deteriora día a día. Lleva ya 30 días en huelga de hambre. Está sufriendo picos de presión y dolores musculares en piernas y brazos. Según los médicos está “en el límite inferior de lo normal”. Su detención es inexplicable, sin querellante, sin “víctima” y sin que se puedan demostrar aunque sea formalmente un “perjuicio”. Exigimos inmediatamente su libertad y hacemos responsable de su salud al gobierno de Kirchner.