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Teoría

CURSO EN EL IPS "KARL MARX"

Las estrategias políticas para la revolución

PTS

27 de marzo 2008

Durante los meses de febrero y marzo el Instituto de Pensamiento Socialista “Karl Marx” llevó adelante una serie de encuentros en los cuales se confrontó las distintas estrategias políticas para la revolución surgidas en el siglo XX: la estrategia bolchevique, la estrategia de la “guerra popular prolongada”, la estrategia del foco guerrillero; así como también la “estrategia de desgaste”, el anarquismo y el autonomismo. El curso contó con más de 270 asistentes de capital y gran Bs. As., entre ellos trabajadores telefónicos, del casino, ferroviarios, entre otros, así como también compañeros de las diferentes facultades de la UBA y secundarios. Debido a la amplia concurrencia cada discusión se realizó en varios encuentros.

El curso comenzó con la confrontación entre la estrategia reformista de “desgaste” y la estrategia obrero revolucionaria. De la definición de Lenin del imperialismo como época de crisis económica, guerra y revoluciones proletarias una fracción revolucionaria del movimiento marxista articuló, en base a la experiencia catastrófica de la primera guerra imperialista, la idea de que el proletariado en alianza con las masas del campesinado pobre podría poner fin a la guerra imponiendo su propia dominación estatal, la dictadura del proletariado. Con la revolución rusa de 1917 se abría curso esta estrategia revolucionaria en la cual el proletariado conquistando su independencia política y a través de sus propias instituciones incorporaba a otros sectores oprimidos, soldados y campesinos, postulándose como la única clase capaz de resolver sus demandas más sentidas.

La idea de la intervención conciente del partido revolucionario se constituye en parte fundamental de esta estrategia bajo el precepto de que en momentos de acción revolucionaria de las masas, éstas necesitaban una organización dirigente que enfrentase la trampa de la reacción y el discurso conciliador del reformismo. Una dirección de militantes profesionales que se plantee preparar el derrocamiento de la burguesía mediante la insurrección obrera apoyada en el pueblo en armas.
Antagónico a estos postulados Karl Kautsky contrapuso a la idea de la revolución proletaria la que llamó “estrategia de desgaste”. Para ésta la dominación de la clase obrera no debía conquistarse a través de la guerra civil entre las clases como había propuesto Marx, sino que bajo la legalidad de la república burguesa parlamentaria el proletariado podía ejercer su dominación como clase y a través de una serie de cambios graduales la sociedad capitalista se podía transformar en socialista. De aquí la política de conformar “coaliciones” entre los partidos obreros y los partidos de la burguesía “progresista” que sirviese para desarrollar y defender las instituciones parlamentarias, tanto contra la derecha más reaccionaria como contra los sectores revolucionarios. Este pacifismo evolucionista llevó finalmente a Kautsky a unirse con los verdugos de la revolución alemana del 1918-19.

También abordamos la estrategia de la “guerra popular prolongada” planteada por Mao Tse Tung que postulaba que la burguesía, en las colonias y semicolonias, poseía una naturaleza antiimperialista que la postulaba como aliada de las masas en la tarea de la liberación nacional. De aquí la idea del “bloque de las cuatro clases” que agrupase a la burguesía, los intelectuales, los campesinos y los trabajadores. La supuesta naturaleza antiimperialista de la burguesía nativa vendría dada por una “contradicción principal” que, alejada del análisis marxista que basa el antagonismo entre las clase sociales, se establece entre “el pueblo” y el imperialismo. De esta manera, propone la conciliación entre las clases y se esfuerza en buscar un sector de la burguesía a la cual subordinar las aspiraciones elementales de los oprimidos y explotados.

En la discusión de la estrategia del foco guerrillero vimos como este supuesto carácter antiimperialista de la “burguesía nacional” es rechazado por el “Che” Guevara. Sin embargo, vimos como tanto la estrategia de la guerra popular prolongada como la del foco guerrillero presuponen que la dirección del proceso revolucionario ya no se encuentra en la autoorganización del proletariado y en sus métodos, la huelga y la insurrección, sino que es la organización de los campesinos en un partido-ejercito el garante de esta estrategia. De aquí que el proceso político vaya “del campo a la ciudad”. Como conclusión de estas estrategias, no son los soviets armados la base del nuevo Estado transicional sino que el aparato del Estado burgués es reemplazado por el aparato del ejército popular.

A lo largo de estas discusiones vimos como estas diferentes estrategias no son igualmente válidas para la toma del poder, tampoco para el desarrollo de la revolución internacional y la construcción de una sociedad sin clases y sin Estado que es el objetivo de los marxistas revolucionarios. Así debatimos en las conclusiones del curso sobre la actualidad de la estrategia obrero revolucionaria como respuesta frente a las nuevas catástrofes que, como vemos con la crisis económica que se está desarrollando en la actualidad, preanuncia el capitalismo a principios del siglo XXI.

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