El jueves 26 una ruidosa columna de trabajadores gráficos de Donnelley cortaba Callao y Corrientes a las 16 horas. Estaban acompañados por decenas de otros trabajadores, estudiantes y militantes del PTS y el PO. A las 17 llegaron los trabajadores de Lear para denunciar las suspensiones sin goce de sueldo que pesaban en ese entonces sobre 200 compañeros. El corte se hizo masivo. La Policía Federal quiso provocar y reprimió, llevándose detenido a un compañero. Pero no pudieron impedir que el corte se convirtiera en una marcha a la Cámara de Comercio Norteamericana, convocada por los trabajadores e internas de Donnelley y Lear, dos empresas norteamericanas (buitres si las hay) que quieren usar una crisis que no tienen para suspender y despedir obreros combativos. La movilización conjunta denunció que estas empresas yanquis hacen lo que quieren en el país. Pese a que el gobierno hable contra los fondos buitres, su retórica no impide que estos monopolios intenten pisotear los derechos de los trabajadores del país.

El viernes por la mañana al llegar a la fábrica 21 compañeros que no estaban suspendidos fueron notificados que estaban despedidos, por “bajo rendimiento”. La indignación recorrió las líneas. Son excelentes trabajadores, compañeros con antigüedad. La empresa quería demostrar que a todos les puede pasar e imponer el miedo generalizado. Pero no fue así. Si a cualquiera puede pasarle entonces habrá que pelear, fue el razonamiento extendido. A la asamblea convocada el mismo sábado fueron 100 trabajadores y se votó paro el lunes y un acampe en la puerta. Durante el fin de semana llegaron más telegramas de despido, siendo ahora unos 100 echados y otro tanto que sigue suspendido sin goce de haberes.

La respuesta fue inmediata. El lunes a las 6 horas se hizo un acto en la puerta. Luego, mientras más de 600 compañeros marchábamos a 197 y colectora para cortar, llega la noticia de que la asamblea de adentro ratificaba el paro. Se vota tres horas e ir subiendo día a día. El paro dura finalmente 6 horas. La bronca le gana al miedo y la primera respuesta a este ataque es exitosa. Los canales de TV llegan al corte, los obreros de Lear le pueden contar a millones lo que hace esta multinacional, difunden su lucha y consiguen solidaridad. Las mujeres obreras son protagonistas, ya que sobre ellas cae gran parte del golpe patronal. Compañeras con más de 25 años son despedidas, obreras embarazadas y con enfermedades reciben su telegrama. Ellas llevan la voz cantante en las denuncias.

El SMATA mantiene un silencio cómplice. Por ahora no puede salir con su discurso macartista, antiobrero y reaccionario. Pero busca la derrota en Lear y es parte del ataque a los trabajadores que les exigen públicamente que abandonen esa política y denuncien los despidos ante el Ministerio. El gobierno también calla, aunque todos saben que actúa. Cien despidos y ni el sindicato ni el Ministerio de Trabajo lo consideran un “conflicto colectivo”.

La fábrica y la zona se militarizan con gendarmes y policías bonaerenses. Kirchneristas y sciolistas, cada uno con “su” fuerza de choque. La patronal aporta su seguridad privada, reclutada entre policías exonerados y descomposiciones por el estilo. El fiscal Molina Pico convoca a los trabajadores a la fiscalía a una audiencia de “conciliación” e insólitamente le pide que dejen de ejercer su derecho constitucional de huelga y manifestación. Todos juntos no pueden amedrentar a los trabajadores de Lear y a quienes llegan al portón y se instalan en el acampe. Llegan delegaciones de Kraft, de Donnelley, Fate, PepsiCo, Sealy, Printpack, Kromberg, Hospital Posadas, Maquila, docentes del SUTEBA Tigre y Escobar, de San Martín, San Miguel , Malvinas, José C. Paz y San Fernando. Llegan y ponen sus banderas junto con los centros de estudiantes de la zona. El SUTEBA Tigre lanza una campaña de apoyo desde el propio sindicato para que no quede ni una familia en la calle.

También participan delegaciones de los centros de estudiantes de UNLu, UNSaM, UNGS y terciarios. La Comisión de Mujeres de Lear y compañeras que apoyan la lucha de los trabajadores arman un volante y van a la Ford. Allí cientos de obreros muestran una gran solidaridad, dicen que están enterados, que apoyan su lucha y les piden que vuelvan a la puerta de la fábrica para contribuir más y mejor al fondo de lucha. La Comisión de Mujeres va a los organismos de derechos humanos, todos se solidarizan y comienzan a ser parte de la lucha de las trabajadoras y trabajadores exigiendo la reincorporación de todos. Nadie las para, seguirán buscando apoyo.

La respuesta patronal llega el martes 1°, cuando de forma totalmente ilegal no dejará entrar a los delegados antiburocráticos. Tuvieron que recurrir a esta ilegalidad manifiesta para impedir el paro y sin embargo no pudieron lograr que sus camiones entren y salga de Lear. El Ministerio de Trabajo sigue sin decir palabra. Frente a ese silencio cómplice, los estudiantes de la Juventud del PTS toman la posta y organizan un nuevo corte en Capital desde los centros de estudiantes de Filosofía y Letras, Psicología y Ciencias Sociales de la UBA, que luego se transforma en un acampe en las puertas del Ministerio de Trabajo. La policía intentará desalojarlos dos veces, con un enorme operativo, pero es impotente. El “corte solidario” dice Clarín, como si fuese una novedad la unidad obrera-estudiantil. Piumato llama a apoyar a los obreros. Los cortes en Callao recuerdan las acciones estudiantiles en el conflicto de Kraft de 2009. Y vamos seguramente hacia una lucha de ese tipo, con dureza por parte de los trabajadores frente a la prepotencia de una patronal imperialista protegida por el gobierno y el sindicato, con los estudiantes de aliados que se movilizan y logran que el conflicto sea conocido por millones.

El conflicto de Lear recién empieza. Se votarán nuevas actividades y medidas de lucha. Se convocará a las organizaciones solidarias para preparar el apoyo. Los diputados como Christian Castillo, que concurrió al corte, irán con otros legisladores como el Chino Navarro a la planta a reclamar. La Legislatura Bonaerense se pronunció en apoyo a los obreros y contra los despidos y la represión. Lo mismo hace el Senado de Mendoza y Consejos Universitarios. La solidaridad crece. El gobierno, la patronal y la burocracia del SMATA se equivocan si piensan que es fácil derrotar a estos obreros. Los K están en su decadencia. Cuestionado por el caso Boudou, metido en disputas con los buitres que nada tienen que envidiarles a Lear y a Donnelley y el SMATA no puede abrir la boca luego del conflicto de Gestamp donde se expuso frente a millones y se desprestigió por ser un verdadero agente de las empresas.

Como dijo Rubén Matu, miembro de la Comisión Interna de Lear, “este es un conflicto que va a ser duro y que recién empieza. Pero se viene una gran batalla de clase que no podrá más que seguir creciendo y endureciéndose. Los obreros de Lear, apoyados por las organizaciones solidarias y los trabajadores combativos luchamos para ganar. Nuestra lucha es clara, todos adentro, ningún despido, ninguna suspensión”. El PTS se pone en movimiento en todo el país para contribuir en esta lucha.

Lear, una patronal buitre

– 122.000 empleados en 221 establecimientos ubicados en 36 países

– En la planta de Pacheco tiene 650 empleados con un salario promedio de $8.000 al mes con 9 hs. de trabajo. En 2013 tuvo ganancias por $473.000.000

– Vendió en el primer trimestre de 2014 por u$s4.400.000.000, 10% más que en el 2013 y obtuvo ganancias netas por u$s243.000.000, un 21% más que en 2013

– Está en el puesto 177 de las 500 empresas mas ricas del mundo

– A nivel global tiene denuncias por discriminación en México por su campaña de selección laboral, pidiendo mujeres jóvenes y solteras en 2012-2013. Por precariedad laboral y políticas persecutorias, antisindicales en la Ciudad Norteña de Pedro Sula, HONDURAS. Bajo el nombre de KYUNGS-LEAR HONDURAS denunciada por sindicatos hondureños y la AFL-CIO de ESTADOS UNIDOS, por obligar a sus trabajadores a usar pañales y no perder tiempo yendo al baño para optimizar los ritmos de producción. Además por perseguir a los trabajadores por querer organizarse contra estos abusos y sindicalmente. Enero-Agosto 2013. Por despidos en POLONIA, FRANCIA, EEUU y ESTADO ESPAÑOL 2012-2013. ARGENTINA, en Pacheco 100 despidos y 200 suspendidos sin goce de sueldo.

VOCES OBRERAS, DESDE PORTÓN DE F˜áBRICA…

Lucho Lucero

La multinacional yanqui Lear, con el argumento de bajo rendimiento en la productividad despide y suspende trabajadores que tienen entre 15 y 25 años de antigüedad y que en estos años lograron conquistar una comisión interna independiente de los burócratas del SMATA como Pignarelli, que como ya demostró en Gestamp, trabaja para las patronales y es fiel aliado del gobierno nacional.
Con niebla, un intenso frío y una firme decisión de pelearla, bloqueando los portones de fábrica de un lado. Del otro, la Infantería Provincial, la seguridad de Lear y la Gendarmería apostada a la vera de la Panamericana, protegiendo a los patrones.
 Los trabajadores, los protagonistas de esta dura batalla, nos cuentan su experiencia.
 
NORMA: “Hace 26 años que trabajo en Lear, tengo el cuerpo, las manos destruidas por el trabajo que hago”. “Me hacían hacer hasta tres turnos, rotaba de horarios, ahora me dicen que soy improductiva. Como dice el telegrama: que tengo bajo rendimiento”. “Después de 26 años de trabajo no les sirvo más”. “Tenemos todos entre 15 y 25 años de antigüedad y ahora resulta que no servimos para Lear”. “Tengo una hija discapacitada y soy el único sostén de familia porque mi esposo está desocupado, ¿cómo voy a llevar un plato de comida a mi casa ahora? “Son 200 familias que quedan en la calle, ¿qué les decimos a nuestros hijos?”. “Y el SMATA nos descuenta la cuota sindical y nos dejó abandonados. ¿Dónde está? que se haga presente o ¿porque pensamos distinto y nos representamos con la lista Celeste, nos deja en la calle?”. “Y la presidenta que hable de nosotros, que vea cómo estamos, que le pregunte a Lear por qué no le servimos, que ganó millones estos años, que nos acelera las máquinas porque hay mucha producción”. “No vamos a bajar los brazos, somos más de 200 entre despedidos y suspendidos, hasta que no tengamos solución nos quedamos en los portones”.
 
MARTIN: “Hace seis años que trabajo en Lear, nos suspendieron por un mes pagándonos el 75% del sueldo, luego un mes sin pagarnos nada, y nos preocupaba mucho cómo seguía la cosa”. “Nos juntó a todos la gerencia para decirnos que pronto se iba a normalizar la situación. Nos mintió, no fue así”. “El viernes 27 nos llegó el telegrama por despido con causa por bajo rendimiento”. “Yo trabajaba en un sector donde producía 120 piezas por hora, luego me cambiaron a otro y producía la misma cantidad, entonces ¿dónde está mi bajo rendimiento?
 
IRIS: “16 años trabajando en Lear, primero me suspendieron tres semanas cobrando el 75% del sueldo, luego un mes sin cobrar nada y el vienes 27 llegó el telegrama despidiéndonos por bajo rendimiento”. “La patronal quiere sacarse de encima a los más viejos, a los que peleamos por nuestros derechos y no dejamos que nos pisoteen”. “Quiere quedarse con menos trabajadores reventándolos produciendo, meterles miedo, porque los tiene como rehenes y el SMATA no hace nada”.
 
MARIELA, Comisión de Mujeres: “El año pasado por 14 compañeros despedidos paramos la planta y bloqueamos los portones hasta reincorporarlos, no esperamos menos para este momento”. “Por eso nos vamos a quedar a vivir acá, bloqueando hasta que nos digan que estamos todos adentro. Así que acá estaremos, dormiremos, armaremos una olla popular con todos los que nos apoyan y a no parar hasta conseguir nuestra reincorporación, hasta que el SMATA se haga presente y se ponga a la cabeza”. “Dentro de la planta son conscientes y si hoy se paró la producción por tres horas, vamos a ir por más”. “Todo el mundo se va enterar de este ataque de Lear a los trabajadores”.