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Comunicados de prensa

DERROTA EN LAVADERO VIRASORO

Lecciones de una gran lucha

Después de casi 6 meses la heroica lucha los obreros de Virasoro terminó. Aislados y agotados los trabajadores debieron aceptar la indemnización y con todos los despedidos afuera e incluso un sector que no había sido despedido. No se puede escamotear el resultado: es una derrota, ni trágica ni definitiva, pero derrota al fin. De las lecciones sobre este importante conflicto se deberán nutrir las nuevas generaciones obreras que salen a la lucha superando a la burocracia sindical.

PTS

24 de enero 2008

Después de casi 6 meses la heroica lucha los obreros de Virasoro terminó. Aislados y agotados los trabajadores debieron aceptar la indemnización y con todos los despedidos afuera e incluso un sector que no había sido despedido. No se puede escamotear el resultado: es una derrota, ni trágica ni definitiva, pero derrota al fin. De las lecciones sobre este importante conflicto se deberán nutrir las nuevas generaciones obreras que salen a la lucha superando a la burocracia sindical. Habrá nuevas derrotas y triunfos, y se irá forjando una camada de activistas y dirigentes con más experiencia.

Desde el PTS intervenimos con todas nuestras fuerzas en este proceso de vanguardia obrera, intentando aportar en ideas, propuestas, programa y sobre todo en militancia activa por el triunfo de los trabajadores frente a sus patrones, como hicimos en el Lavadero Virasoro. Con humildad pero con franqueza queremos aportar las siguientes conclusiones sobre esa importante lucha.

La unidad interna

El conflicto empezó con un despido, y el paro por tiempo indeterminado fue la respuesta de la comisión interna y los trabajadores. Combatividad no les faltó nunca.

Pero en ese momento era muy importante lograr una fuerte unidad interna. Incluso evaluar la posibilidad de realizar otro tipo de medidas que fueran consensuadas con la mayoría de los trabajadores. Sostener una medida tan dura como el paro por tiempo indeterminado sin una gran unidad interna en la fábrica podía dejar “en el aire” a la comisión interna, y hacer peligrar la enorme conquista que significaba haberla conseguido. A eso se jugó la patronal todo el tiempo: A dejar aislada a la comisión interna y dividir la fábrica, a derrotar el proceso de organización duramente conseguido en meses y meses.

El empresario Guidetti terminó chantajeando a un sector de los trabajadores para llevarlos a trabajar a sus otras plantas manteniendo la producción. Luego vinieron el resto de los despidos sobre la comisión interna y los activistas y la judicialización de la protesta. Frente a esta nueva situación, era clave lograr un gran arco de solidaridad y prepararse para una lucha muy dura.
En este sentido somos críticos del asesoramiento legal y político del abogado de los trabajadores, que dejaba de lado esta cuestión clave y generaba ciertas expectativas en que la justicia y el ministerio de trabajo resolverían a favor de los trabajadores rápidamente.

La solidaridad con el conflicto

Los trabajadores del lavadero siempre apelaron a la solidaridad de las organizaciones obreras, de izquierda, estudiantiles y de derechos humanos.

Así organizaron los piquetes a la madrugada, acompañados por muchas organizaciones que nos hacíamos presentes, para fortalecer su lucha contra la patronal, los carneros, y las amenazas policiales.

La respuesta solidaria que recibieron fue “sembrada” en muchas otras ocasiones donde los trabajadores del lavadero participaron de actos de DDHH, o el apoyo a otras luchas.

También esto permitió llevar adelante un fondo de huelga que sirvió para sostener este largo conflicto y también para intentar difundirlo ante el resto de la sociedad.

Pero con eso solo no bastaba, eran necesarias medidas de solidaridad concretas y grandes aportes al fondo de huelga. Nosotros impulsamos con todo el fondo de huelga, vendiendo los bonos, acompañando a los trabajadores por las facultades y lugares de trabajo no sólo en Rosario, sino también en Capital y La Plata. Opinamos que el fondo de huelga tenía que ser nacional para juntar plata, no sólo para sostener la carpa, sino para sostener al conjunto de los compañeros e impedir que la patronal los chantajee y los quiebre por hambre, es decir que el fondo de huelga era una herramienta para desarrollar la unidad.
Pero los principales sindicatos aportaron poco en relación a sus posibilidades. En general nadie se jugo hasta el final por desarrollar el fondo de huelga.

La CGT San Lorenzo y la CTA

Mientras que el sindicato que les correspondía inicialmente a los trabajadores fue abiertamente patronal y traidor, lo mismo que la CGT, hubo otros dirigentes sindicales que se acercaron al conflicto, pero su política no fue más que una “trampa” para los trabajadores.
El sindicato de químicos de Fray Luis Beltrán (CGT San Lorenzo), con Santillán a la cabeza, fue el gremio al cual los trabajadores del lavadero se habían afiliado antes del conflicto para intentar legalizar la comisión interna. Con este conflicto dicho sindicato consiguió la zona de actuación en Rosario, pero nunca se jugó por el triunfo de la lucha hasta el final, ni aportando significativamente al fondo de huelga, ni con acciones. En ningún momento puso al cordón de San Lorenzo a disposición de la lucha, ni para realizar acciones de solidaridad, ni para el fondo de huelga, y terminó dejando a la comisión interna librada a su suerte.

Por otro lado la CTA , con Paulón (UOM Villa Constitución) a la cabeza, se encargó de generar expectativas en el futuro (hoy presente) gobierno de la coalición cívica de Binner. En contra de desarrollar la unidad activa entre los trabajadores su consigna era aguantar hasta que asuma el nuevo gobierno cuya única “solución” fueron las indemnizaciones.

Por esto nunca respondieron a la exigencia de paro de solidaridad, ni con otras medidas para llevar adelante una campaña ofensiva por el lavadero.

Una nueva generación obrera

A pesar de todo esto, los trabajadores sostuvieron durante 6 meses la lucha contra la patronal que contaba con la complicidad de la burocracia de la CGT , la justicia, el gobierno del PJ y el silencio cómplice del PS. Enfrentaron la represión y desarrollaron centenares de acciones para difundir el conflicto e impulsar el fondo de huelga, junto a las organizaciones solidarias, se hicieron fiestas, festivales, marchas, viajes, actos, etc. Es de destacar el apoyo de muchos jóvenes trabajadores y estudiantes por su participación y asistencia en las guardias de los piquetes de fábrica y por la conformación de la Coordinadora obrero estudiantil (COE) desde donde se llevaron adelante muchas acciones solidarias, como así también a la iniciativa del cuerpo de delegados de Amsafe que votó el apoyo activo a la lucha del lavadero y llevo la discusión del conflicto a los alumnos de las escuelas.

La combatividad y el aguante de los trabajadores es admirable, sostuvieron la carpa con el calor, el frió, la lluvia y hasta la nieve y lograron, en cierta medida, instalar el conflicto en la sociedad, demostrando que hay un sector de jóvenes trabajadores dispuestos a luchar contra los abusos de la patronal. Esta enorme experiencia de lucha como “escuela de guerra” de la lucha de clases ha dejado importantes lecciones para las nuevas generaciones, y es tarea de estos trabajadores, como de todos los que nos solidarizamos con su lucha, difundirlas. Humildemente para nosotros la más importante es que los trabajadores sólo podemos confiar en nuestras propias fuerzas.

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