El lunes 12, a última hora de la noche, los obreros de La Esperanza –en una segunda jornada de lucha que combinó la huelga con la movilización, el corte de la ruta nacional 34 y el corte de calles en San Pedro– lograron sacar del Penal de Gorriti a Raúl Maigua y Jorge ˜álvarez. Así evitaron también que tras declarar quedasen detenidos los dirigentes del sindicato y los asesores. Se logró quebrar la voluntad del Poder Judicial, servil a los intereses de los empresarios azucareros. Darío, delegado de La Esperanza decía: “Esto tiene que ver con la asociación que hay en entre los empresarios y el gobierno. Lógicamente no les gusta la unión que hay entre los sindicatos de obreros del Norte. Esta es una jugada política para dividirnos tanto a los trabajadores como a los sindicalistas. Ellos quieren avanzar contra la clase obrera que lucha por la condición laboral”.

La ley y la Justicia al servicio de las patronales azucareras

Los cargos que pesan sobre los trabajadores, dirigentes y asesores son por “privación de la libertad y coacción agravada”. La realidad es que cientos de obreros con sus familias se habían movilizado a un edificio judicial para exigir que la jueza de quiebra se expida para que se vaya la sindicatura que vaciaba, endeudaba y saqueaba las ganancias del Ingenio y por el mantenimiento de su fuente laboral. Juzgar a patrones genocidas como Blaquier, que tiene un pedido de declaración indagatoria por su responsabilidad en la desaparición de 36 compañeros durante la dictadura no es algo que vaya a hacer la Justicia que obedece a la clase de los patrones. Lo que sí hace la jueza Pérez Rojas es hacer imputaciones y dictar órdenes de detención contra trabajadores, militarizar el pueblo de La Esperanza, allanar casas y arrestar a golpes a ˜álvarez y Maigua. Uno de los delegados decía “está más que claro, la ley responde a otros intereses, a los políticos y los monopolistas”.

Paro, movilización y piquete

Desde las 7 de la mañana del viernes 9 los trabajadores del ingenio dieron una respuesta inmediata a la altura del ataque de la jueza y los monopolios azucareros, desenvolviendo todo un repertorio de acciones de lucha. Se paró el Ingenio –administrado por Roggio– y se movilizaron junto a sus familias hasta el edificio judicial, se entrevistaron con la jueza que se negó a liberarlos, lo que motivó el corte de la ruta 34 todo el día. El sábado también pararon e hicieron asamblea en el playón del ingenio, haciendo presión sobre el grupo Roggio, dejando claro que hasta que no liberaran a Maigua y Alvarez, en el ingenio no se movía ni una máquina.

La solidaridad de las directivas sindicales de los ingenios Ledesma, Tabacal y Río Grande-La Mendieta, de la seccional de UATRE-Ledesma recientemente recuperada, de los movimientos desocupados y la izquierda, estuvo presente de entrada, y dejó claro que “si tocan a uno, nos tocan a todos”. Tal como decía Miranda, delegado de UATRE-Ledesma: “Ya que se ve el abuso del poder de estos jueces, entonces queremos demostrar que si ellos están preparados, nosotros también estamos preparados y unidos todos los gremios representativos en la provincia. No vamos a permitir un abuso de poder en contra de los gremios, estamos unidos para luchar contra la burocracia de la Provincia”.

Ya en la jornada de lucha del lunes, habiendo parado de nuevo el ingenio, la base obrera de La Esperanza desde la mañana rodeó el edificio judicial y luego la Policía, para evitar que los trabajadores, dirigentes y asesores que se hallaban declarando sean trasladados al Penal de Gorriti. Después vinieron los cánticos, acompañados de bombos, palmas y bocinazos, y cuando salieron los que estaban declarando y los detenidos, se fundieron en un abrazo con muchos trabajadores y sus familias. En medio del fervor se oía la voz de Carlos Pereyra, delegado de base, que destacaba: “este es un día más de alegría, el ver a todos los compañeros del campo, garaje y fabrica unidos por la libertad de nuestros compañeros, que volviendo hace dos años atrás hemos dicho ‘tocan a uno, nos tocan a todos’, porque solo con la unidad de los trabajadores logramos liberar ahora a nuestros compañeros y vamos a seguir defendiendo la fuente laboral.”

Impulsar la organización y la lucha por el desprocesamiento

Los trabajadores lograron un triunfo parcial pero importantísimo, porque claramente los patrones de los ingenios azucareros de Salta y Jujuy, capitaneados por Carlos Pedro Blaquier, se jugaban con esta maniobra judicial a debilitar a los obreros de cara a las paritarias donde los sindicatos están exigiendo un 50% de aumento, que llevaría el salario de la categoría 1 de $3.350 a $5.000. Pero, más estratégicamente, se jugaban, con las detenciones y procesamientos, a amedrentar a las directivas y al activismo y a generar temor en la base. Todo para frenar el “despertar obrero”.
La fortaleza de haberle torcido el brazo a las patronales azucareras sacando a los detenidos de las garras de su Justicia y su Policía, da lugar a que los trabajadores azucareros pasen a la ofensiva, exigiendo en La Esperanza el desprocesamiento de los imputados y la destitución de la jueza Pérez Rojas, la misma que ordenó la represión en Libertador, ese desalojo violento del asentamiento que dejó tres jóvenes trabajadores muertos y decenas de heridos.

A la par, debemos exigirle a Roggio que cumpla con lo que firmó, el pase a planta de los 400 jóvenes zafreros y arrancarle la efectivización de todos los trabajadores del Ingenio La Esperanza, para acabar con la precarización en los ingenios. En Ledesma está planteada la lucha por lograr que la Dirección de Trabajo, servil a la patronal, reconozca a los delegados electos y deje sin efecto el pedido impugnación de los Blaquier que se respete el sábado ingles y el descanso dominical; que se eliminen los turnos rotativos y el mal llamado “cuarto turno”, y se pase a planta a contratados y tercerizados.

Las palabras con las que se despidieron los compañeros fueron: “hoy estamos más fortalecidos que nunca” y es verdad. Pero esta fortaleza tiene que hacerse de cimientos firmes, exigiendo a las direcciones sindicales que se convoque a asambleas de base y a plenarios de delegados de todos los ingenios, para organizarnos y prepararnos para la lucha que se viene: la nulidad de las causas judiciales y un salario que cubra la necesidades de los trabajadores.