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Los Kirchner en las puertas del FMI

La reanudación de las relaciones entre el FMI y el gobierno nacional, expresada en la Asamblea Anual de ese organismo en Turquía, así como la voluntad de pagar la deuda fraudulenta al Club de París y a los holdouts, desenmascara la alharaca “nacional y popular” de los Kirchner. Ya en 2005 los Kirchner saldaron la deuda con el FMI pagando de un saque U$10.000 millones, jactándose de obtener “cuotas de soberanía nacional” y “autonomía” de los organismos financieros internacionales, un doble discurso insostenible que termina de caer por el propio peso de los hechos.

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8 de octubre 2009

La reanudación de las relaciones entre el FMI y el gobierno nacional, expresada en la Asamblea Anual de ese organismo en Turquía, así como la voluntad de pagar la deuda fraudulenta al Club de París y a los holdouts, desenmascara la alharaca “nacional y popular” de los Kirchner. Ya en 2005 los Kirchner saldaron la deuda con el FMI pagando de un saque U$10.000 millones, jactándose de obtener “cuotas de soberanía nacional” y “autonomía” de los organismos financieros internacionales, un doble discurso insostenible que termina de caer por el propio peso de los hechos.

El principio de acuerdo fue celebrado en la Bolsa porteña disparando el precio de bonos y acciones y bajando el “riesgo país”. Así los Kirchner pretenden volver al redil del mercando financiero y conseguir crédito para afrontar las consecuencias de la crisis económica internacional, que se manifiestan durante los primeros ocho meses del año mediante la caída de más del 80% del superávit fiscal, el déficit registrado en las arcas de los estados provinciales y la destrucción de 226.000 puestos de trabajo en blanco, según datos oficiales. En ese sentido, una serie de bancos norteamericanos encabezados por el JP Morgan propusieron que el gobierno emita un bono de U$1.000 millones a pagar en 10 años con una tasa de interés del 13,5%, una tasa usuraria que incrementaría aún más la voluminosa deuda externa que alcanza a U$140.634 millones.

El jefe del área Hemisferio Occidental del FMI, Nicolás Eyzaguirre, declaró que supervisará la política económica argentina, tal como establece el artículo IV de las normativas de esa institución financiera, aunque el titular del Fondo concedió “bajar el tono” con una “misión de bajo perfil” que desembarcaría en Buenos Aires antes de fin de año (Clarín, 6/10). Si bien los Kirchner se rehúsan a admitir públicamente esta ingerencia, la misma Cristina reconoció en la cumbre del G-20 que “esa obligación rige para todos los socios del organismo, incluida la administración de Hugo Chávez” (La Nación, 27/9). El acuerdo incluiría la convalidación de las estadísticas truchas del INDEK.

El ministro de Economía Amado Boudou ya pilotea las negociaciones para pagar U$7.748 millones que adeuda al Club de París emulando el “modelo” de Nigeria. A cambio de la condonación de una parte importante, Nigeria saldó su deuda desembolsando de una vez U$12.400 millones, nada mal para levantar semejante filón en un solo golpe. Asimismo, Boudou ya habría puesto en marcha varias ofertas para los holdouts, los tenedores de bonos por U$30.000 millones que quedaron fuera del canje de deuda en 2005, compuestos predominantemente por bancos y fondos de inversión. Una de las ofertas ofrecería una quita del 65% de los precios de esos bonos a cambio de un bono a 7 años con una tasa de interés entre 10 y 11% más los intereses caídos desde 2005, propuesta que recibió el espaldarazo de Wall Street. El gobierno espera que más de un 50% de los holdouts acepte el canje de la nueva deuda, contemplando la posibilidad de sancionar una nueva ley que sustituya la 26.017, la ley cerrojo que bloquea cualquier negociación finalizado el canje de deuda de 2005.
Denunciada una y mil veces como un fraude, los Kirchner pretenden seguir pagando la deuda externa a expensas de las necesidades de los trabajadores y el pueblo pobre.

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