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Comunicados de prensa

SOBRE EL CONFLICTO DEL SUBTE

Los sobrevivientes del M37

El titulo es digno de una aventura de ciencia ficción. Sin embargo no pertenece a una serie futurista ni a ninguno de los cuentos fantásticos que Ray Bradbury escribiera allá por la década del 50.

Hernán Aragón

20 de septiembre 2007

El titulo es digno de una aventura de ciencia ficción. Sin embargo no pertenece a una serie futurista ni a ninguno de los cuentos fantásticos que Ray Bradbury escribiera allá por la década del 50.

Los SOBREVIVIENTES forman parte de la vida cotidiana y viajan todos los días en el subte porteño…

La frase es propiedad de un periodista de CQC y es fruto de la conclusión arribada luego de haber constatado con su propia cámara que la empresa Metrovías no invierte en el mantenimiento de los trenes.

El periodista entra al Taller Constitución. 11 mecánicos le muestran el estado del coche M37. Al él falla el enclavamiento de puertas, cuestión que provoca la apertura de las mismas cuando el tren se encuentra en movimiento; sus ruedas son de diferente grosor. El periodista lo comprueba midiéndolas. Los 2 centímetros de diferencia, entre una y otra, "simplemente" puede provocar un descarrillamiento y sus amortiguadores defectuosos, hacer que el vagón literalmente se parta al medio.

El M37 no debería prestar servicios, afirman los trabajadores. Pero ellos saben que Metrovías hará oídos sordos y que el M37 saldrá a transportar pasajeros.

Al otro día, el reportero comprueba la profecía filmando como efectivamente las puertas se abren sobre la marcha.

El M37 puede ser el "G42", "B18" o cualquier tren en el que usted viaje. La vida de usuarios y trabajadores está puesta permanentemente en peligro por la desidia patronal. Metrovías juega a los dados, apostando a que todos nosotros, como ayer fueron los pasajeros del M37, sigamos siendo los SOBREVIVIENTES.

El derrumbe del argumento patronal.

El periodista de CQC ahora se dirige hacia la gerencia de Metrovías. El entrevistado es Ordoñez, uno de sus voceros. Ordoñez tiene un buen pasar y difícilmente use la red subterránea.

En el 2005, el cuerpo de delegados había denunciado que su sueldo era de 50.000 pesos. ¿A qué se debe tan buena paga? El mismo Ordoñez se encarga de responderlo.

Cuando el reportero le muestra la filmación, el vocero, cuya cara está hecha del mismo material que las vías, da una respuesta increíble: "indudablemente se trata de un caso de vandalismo".

Esta es la campaña que la empresa ha utilizado para responder a las denuncias realizadas por los trabajadores. Para Metrovías, el mal servicio es producto de actos de sabotajes y vandalismo por parte de los delegados.

Pero los dados no siempre caen de la misma manera.

El martes 18, el servicio de la línea B se vio paralizado por un hundimiento de vías. El "percance" se debió a la construcción de la línea H. El homigoneado a presión del túnel que pasa por debajo de la línea B generó "fisuras en la estructura del piso (cubierto por las piedras donde se asientan las vías), provocando filtraciones que reventaron hacia la parte del andén sur de la estación Pueyrredón, causando la deformación de las vías y el tercer riel electrificado".

Junto con las paredes del subte, se derrumban también los argumentos de Metrovías. Las pruebas están a la vista de todos.

Y la pregunta queda expuesta ¿Quiénes son los verdaderos vándalos?

Los trenes en los que viajamos diariamente, como los de la línea A, datan de 1913. En el mejor de los casos, el promedio de las formaciones tienen un uso de más de 40 años, cuando las normas internacionales explicitan que los subtes no pueden tener más de 20.

El usuario se ha transformado rehén de Metrovías. Su vida está en peligro.

Y como no se trata de SOBREVIVIR sino de viajar seguro y cómodo, es preciso apoyar a los trabajadores y defenderlos de los ataques que hoy recaen sobre ellos.

Prensa

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