¿Qué pasó en el INDEC?
El lunes 29 de enero se hizo cargo del índice de precios una interventora que se presentó como la “delegada de la ministra de Economía”. Más allá de su posterior nombramiento formal como directora, para el conjunto de los trabajadores del INDEC esto es una intervención del gobierno nacional para tener el control directo sobre el área que mide la variación de los precios de los productos. Esto generó la bronca y el repudio generalizado de compañeros de todos los sectores. La publicación del índice de precios en 1,1 aumentó más la indignación de los trabajadores, provocando la reacción generalizada de la opinión pública nacional que se expresó en todos los medios. Fue demasiado grosero.

¿Cuál es la situación que se vive en el sector?
Desde que empezamos a repudiar la presencia de la intervención, el gobierno envió 6 personas de seguridad no identificados que se instalaron en el 3° piso, en la secretaría y en los pasillos, amedrentando con su sola presencia a los compañeros. Esto sin contar con los policías extras instalados en la planta baja y en las inmediaciones del INDEC cuando los trabajadores resolvíamos reunirnos. Mientras el gobierno nos acusa de “mafiosos” y “forajidos”, mete a los matones en los lugares de trabajo. Y este es el gobierno de los derechos humanos.

¿Se alteraron las condiciones de trabajo?
Los técnicos denunciaron públicamente haber recibido “instrucciones confidenciales”. Esto es inédito ya que las metodologías son públicas y no pueden modificarse repentinamente ni en forma secreta. La intervención hizo un ensayo modificando el sistema de ingresos “como una prueba”. Normalmente, cuando los encuestadores llegan de la calle entregan los formularios en la oficina donde se cargan los datos y después pasan a los analistas que los revisan. La interventora ordenó invertir esta modalidad, entonces primero los encuestadores tenían que entregar los formularios a los analistas que debían hacer una previa selección y recién luego se enviaban a la carga. Es decir que los datos pasaban por un filtro. La intervención está ejerciendo una gran presión sobre un sector de compañeros, que en su gran mayoría no tiene estabilidad laboral y a la fecha está trabajando con los contratos vencidos.

¿Cuáles son las consecuencias de la intervención del IPC?
En primera instancia, si bien el INDEC ya dependía administrativamente del Ministerio de Economía, ahora se impone la subordinación directa del área de la medición de precios a los dictados políticos del Ministerio de Economía. Desde ya que el resultado irregular del índice de precios en 1,1 incidirá sobre otras mediciones que realiza el INDEC como la línea de pobreza e indigencia. Por otro lado, los trabajadores venimos denunciando públicamente que el resultado del IPC va a ser la vara con la que el gobierno intente mostrar como exitosa su política de precios, y simultáneamente junto con los empresarios, le ponga un tope a la negociación por aumento salarial en las próximas paritarias.

¿Cuál fue la respuesta de los gremios y de los trabajadores?
La intervención se instaló gracias al aval de las autoridades de l Instituto y el consentimiento pasivo de UPCN y ATE. Los compañeros de mi sector denunciaron los hechos apenas sucedieron, pero los gremios no le dieron importancia porque decían que no era una intervención. Evidentemente había un acuerdo tácito entre el director y los gremios para que esta intervención “pasara” naturalmente, como tantas otras agachadas. Pero el rechazo generalizado de todos los trabajadores hizo que este hecho se trasladara a la escena pública. La ministra Miceli pretendió desacreditar la protesta masiva de forma macartista diciendo que todo se reducía a 20 militantes del PO. Encima miente porque todo el mundo sabe que no hay ningún militante del PO en el INDEC, si bien vinieron a entregarnos su solidaridad. El día miércoles 31 boca a boca se hizo correr una convocatoria para repudiar la presencia de la interventora y después bajamos a la calle donde hicimos una asamblea. Desde ese día comenzó un ciclo de asambleas autoconvocadas en la calle con un corte de la Av. Diagonal Sur durante dos horas y movilizaciones internas en el Instituto. De las asambleas salieron un comunicado de prensa, una carta abierta publicada en el diario Perfil (que después reprodujeron otros medios) y una invitación a una clase pública que publicamos en Página 12 que costó $700, bancados solamente por los aportes de todos los trabajadores y la negativa de ambos gremios. La presión de los compañeros obligó a los delegados de ATE a hacerse presentes el viernes 2 aunque sin pronunciarse contra la intervención, pero ante los medios dijeron que si el índice de precios salía en forma irregular convocarían a medidas de acción. Por fin después del escandaloso 1,1 que resultó del índice de precios, la Junta Interna de ATE anunció “las medidas”: poner a estudio de una comisión de estudio de la CTA el número arrojado por el índice. Recién el miércoles 7, cuando el gobierno nombra oficialmente a la interventora como la nueva directora del IPC, los delegados de ATE convocaron por primera vez a asamblea. Tuvieron que pasar 10 días desde que se produjo la intervención, y aún así durante esa asamblea debimos exigirles un pronunciamiento claro contra la intervención elevado en un comunicado público. Los trabajadores queremos que se vaya la intervención.

¿Querés agregar algo más?
Si. Así como se solidarizaron los compañeros del MIJD de Castells con un acto en la puerta del INDEC, también estuvieron los trabajadores de Estadística de GCBA, del Banco Credicoop, del Hospital Francés, del Teatro Colón y los partidos de izquierda, necesitamos que esto se amplíe mucho más, porque el problema trasciende a los trabajadores del INDEC para afectar a los intereses de toda la clase trabajadora. Los dirigentes de la CTA y de la CGT deberían hacerse presentes ya mismo en el INDEC y denunciar públicamente la intervención y las consecuencias nefastas que provocará sobre la vida de los trabajadores.