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Editorial

Lucha de clases, lucha de programas

Bernanke, titular de la Reserva Federal, aclarando que el plan de Obama“no tiene implicancias en términos de propiedad hasta que las pérdidas que se estimen para el peor de los escenarios se den”. El Bank of America, el Citi Bank, el Barclays, son los que determinan el pulso de la crisis internacional provocando que la semana pasada Wall Street haya vuelto a derrumbarse llegando al piso más bajo en 12 años, seguido por las bolsas de Asia y Europa, cuando –según declaraban los operadores financieros– “Las nacionalizaciones completas son cada vez más y más imaginables”.

Manolo Romano

26 de febrero 2009

Más allá de las concesiones del gobierno a las patronales agrarias y que ambos han coincidido en llamarla “una nueva etapa de diálogo”, el conflicto entre capitalistas no está concluido. La precariedad del acuerdo -que no cerró la disputa por las retenciones a la soja- en todo caso, demuestra que“no los une el amor sino el espanto” de la perspectiva de la crisis capitalista y sus consecuencias. El jefe kirchnerista de diputados, Agustín Rossi, dijo que, con la crisis mundial“el tejido social no toleraría el nivel de enfrentamiento del año pasado”. El acto que la Mesa de Enlace encabezó en el Senado con los bloques parlamentarios de toda la oposición patronal, desde la Coalición Cívica de Carrió y los radicales hasta Solá y De Narváez, parece indicar que el norte político de todas las alas del “partido del campo” está en trasladar la lucha de las rutas al parlamento. La consigna la dió Llambías de la CRA“vamos a llegar a los 130 legisladores que hacen falta” para tener quórum propio en el Congreso. Detrás suyo, el senador “socialista” Giustiniani sostuvo que “vamos a conseguir los votos para sacar las leyes que necesita el campo”, y el macrista Gribaudo, de la Comisión de Agricultura, llamó a obtener los votos que se necesitan “para torcerle el brazo al oficialismo”.
Hasta ahora, la marcha hacia las legislativas parece ser el acuerdo mínimo de las fracciones de la clase dominante para dirimir la interna en la que se definirá la relación de fuerzas dentro del régimen político. Pero la desbandada de fuerzas del kirchnerismo y posibles nuevas desersiones de legisladores oficialistas, alienta a las patronales agrarias y a la oposición a tentar “un golpe de mano” en el Congreso, antes de octubre, para definir el destino de las retenciones a la renta agraria.
Un nuevo choque entre bandos capitalistas no será una mera reedición del escenario de polarización del 2008. No sólo porque un desgobierno de ‘todos contra todos’ en medio de la crisis internacional podría ir acompañada de una profundización de la fuga de capitales. Sino también porque, cuando ya está en marcha una crisis en la industria, entre las peleas de los de arriba podrían colarse acciones de los trabajadores por sus propias demandas. Como pequeño ejemplo de lo que puede despuntar si la recesión avanza, una columna de obreros de las empresas de maquinarias agrícolas del sur de Santa Fe cortaron la intersección de las rutas 9 y 15, a cinco kilómetros de un piquete de la patronal agraria. “Los trabajadores dejaron en claro que la elección del sitio para el reclamo se debe a que sus intereses “no son precisamente idénticos a los que persiguen las entidades ruralistas”. Uno de los trabajadores metalúrgicos se definió como “autoconvocados sin el aval de la UOM” y denunció que “desde noviembre las horas extras ya no existen, algunas empresas mantienen a sus empleados adentro pero no se trabaja y pagan el 50%” (La Capital).

En tanto, cada vez más claramente, se perfilan programas alternativos al precario equilibrio que intentan mantener los Kirchner. Elisa Carrió llevó hasta el final las banderas de los empresarios rurales: liberar de impuestos “al campo” para que pueda exportar sin restricciones y -para financiarles el negocio y cubrir el agujero de déficit fiscal que esto dejaría- acudir al FMI. En el otro polo de la oposición, el ex presidente Duhalde declaró que “pagar al Club de París es una estupidez (...) Si el mundo se está quebrando, pongamos nuestra deuda en la masa de la quiebra y se verá después qué pasa; tenemos que cuidar lo que nos queda de nuestras reservas”. Una mezcla de “correr por izquierda” a los Kirchner y pedirles que se suiciden declarando el default y la consecuente devaluación del peso.

La “redistribución del ingreso”

En la negociación con los ruralistas, el gobierno volvió a esgrimir los argumentos de una “distribución de la renta”. “La financiación del aumento salarial para jubilados y pensionados y los maestros son algunos de los argumentos inamovibles en cuanto al destino que le da el Ejecutivo a lo recaudado por las retenciones”(El Cronista, 25/02).
De esta manera, los Kirchner quieren hacer pasar que ante la crisis, como dice el propio Obama, “el esfuerzo debe ser compartido”. Pero, también igual que en EE.UU., los fondos se destinan para los capitalistas. Con el reciente aumento de 80 pesos a las jubilaciones mínimas, acaban de destinar 280 millones de pesos, mientras ya destinó más de 13.000 millones de pesos para financiar los créditos a la compra de autos, electrodomésticos y subsidios a los empresarios de la industria y el campo, siendo que desde este año entran al ANSES 13.000 millones más de los aportes de las ex -AFJP. En cuanto a los docentes el gobernador Scioli acaba de ofrecer $ 40 de aumento, incluso por debajo de los $ 55 que ofreció Macri a los maestros de la Capital, lo que llevó a un impasse de las negociaciones en la principal provincia del país. El resto de las paritarias están virtualmente congeladas en la industria por los jefes de la UIA, porque las patronales, a pesar de las concesiones oficiales, se aprovechan de la crisis para no discutir salarios mientras reclaman por el tipo de cambio. Mientras el ministro Tomada largó la amenaza de un aumento por decreto, para resolver el entuerto, las direcciones burocráticas del Smata y la UTA ensayan acuerdos para postergarlas por 6 meses más, a cambio de una suma fija de 200 pesos. En el mes de marzo, vencerán muchos de los acuerdos que, como en las automotrices o en plantas de la UOM, han firmado los dirigentes sindicales con las patronales y el ministerio de Trabajo y se pondrá a prueba este plan de “paz social”. El “esfuerzo compartido”, viene siendo las suspensiones con rebajas salariales y el despidos de trabajadores contratados. Según la CTA “se han perdido 47.000 puestos de trabajo y otros 14.700 estuvieron en riesgo” en los últimos dos meses del 2008, y estudios privados hablan de 33.000 suspensiones y casi 9.000 despidos en enero de este año. Incluso, han comenzado cierres de empresas como en Massuh o Indugraf, entre muchas otras.

Ante este panorama, insistimos en nuestro llamado al reagrupamiento de todos los sectores combativos y organizaciones de base del movimiento obrero. Una Asamblea o Congreso Nacional que reúna a miles de delegados y activistas sería una gran palanca para exigir a los sindicatos de la CGT y la CTA una lucha nacional masiva y unificada en defensa del empleo y el salario. Un polo nacional convocado unitariamente entre las organizaciones obreras y toda las fuerzas de izquierda para levantar, como venimos proponiendo, un programa para que la crisis la paguen las patronales: el reparto de las horas de trabajo sin aceptar rebajas salariales, la escala móvil de salarios (es decir que los convenios colectivos incluyan una cláusula de ajuste automático según inflación) y el control obrero de las empresas que cierren para luchar por su nacionalización sin pago.

Partiendo del apoyo incondicional que damos a cada lucha de resistencia a los cierres, despidos y suspensiones, desde el PTS explicamos y luchamos por estas demandas, y promovemos la elección de cuerpos de delegados para recomponer la unidad entre efectivos y contratados en los lugares de trabajo, de manera de empezar a cerrar filas desde abajo contra el ataque patronal y la conciliación de la burocracia sindical.

¿Cómo se sale de la crisis?

“No es tomando rutas ni bancos como se sale de la crisis”, dijo desde el atril Cristina Kirchner luego que la Federación Agraria de Entre Ríos ocupara el banco de la provincia propiedad de Ezkenazi y el Grupo Petersen, en rechazo a las tasas de interés del 38% que les cobra el banquero amigo de los Kirchner. Aunque varios medios rechazaron ‘por principios’ la medida, no hubieran tenido la misma benevolencia si se hubiese tratado de una acción de desocupados. Inclusive Buzzi, se dio el gusto de reivindicarla en el propio Senado y delante de toda la oposición patronal porque “sirvió para denunciar la usura institucionalizada”.

Lo de apuntar a los bancos no es secundario: en medio de una monumental crisis bancaria en todo el mundo, en la Argentina los bancos están haciendo grandes ganancias gracias a las altísimas tasas de interés. El problema es quiénes y para qué lo hacen. Alfredo De Angeli y los patrones de la Federación Agraria buscan presionar por “la defensa de la rentabilidad” empresaria. Pero lo cierto es que son los principales bancos del mundo- cargados de deudas incobrables- lo primero que está en cuestión en esta crisis capitalista. Empezando por EE.UU. donde Barack Obama destina fondos del Tesoro para comprar acciones de los 19 más importantes para salvarlos de la quiebra.“Si no se estabiliza el sistema financiero vamos a irnos a pique durante un tiempo”dijo Ben Bernanke, titular de la Reserva Federal, aclarando que el plan de Obama“no tiene implicancias en términos de propiedad hasta que las pérdidas que se estimen para el peor de los escenarios se den”. El Bank of America, el Citi Bank, el Barclays, son los que determinan el pulso de la crisis internacional provocando que la semana pasada Wall Street haya vuelto a derrumbarse llegando al piso más bajo en 12 años, seguido por las bolsas de Asia y Europa, cuando –según declaraban los operadores financieros– “Las nacionalizaciones completas son cada vez más y más imaginables”. Si esas hipotéticas nacionalizaciones tuvieran lugar en manos de los Estados imperialistas significarían –no una salida para los trabajadores– sino el traspaso de las deudas de los banqueros al fisco, que terminan siendo costeadas por el bolsillo popular.

La única nacionalización de la banca a favor de concentrar los ahorros nacionales y el sistema de créditos destinados a un plan racional de la economía, sólo puede ser llevada adelante mediante la expropiación de los banqueros, no de su salvataje, y la creación de una banca estatal única bajo administración de los trabajadores.

De la misma manera, la persistencia de la disputa nacional sobre las retenciones agropecuarias y su incidencia en los precios del consumo popular, muestra que es necesario transgredir la propiedad de los monopolios del agro como Cargill o Dreyfus que tienen en sus manos el comercio exterior para que, estatizados y bajo administración de los trabajadores, se pueda evitar las “devaluaciones competitivas” que hunden el salario y que las divisas obtenidas ingresen verdaderamente al país en lugar de ser remitidas a las casas matrices de los países imperialistas.

¿Alguien imagina que esto se puede hacer sin que conquistemos nuestro propio gobierno de los trabajadores, sin que el poder estatal pase por completo de las manos de los explotadores a las de los explotados?
Hasta el diario Clarín destaca la vuelta de las ideas de Marx para “explicar la crisis” de El Capital, pero, obviamente, nada se dice de su más grande aporte para solucionarlas: la expropiación de los expropiadores y el autogobierno de los trabajadores.

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