Los trabajadores de Renault, Iveco, y Matricería Austral estamos reclamando la igualdad salarial con los mecánicos de las otras automotrices y autopartistas. Queremos equiparar nuestro salario básico a $2.200 y llegar en marzo de 2008 a los $2.580. Las empresas se niegan a conceder aumentos que rondan el 35% y se alinean con las patronales nacionales que quieren poner una pauta salarial de aumento del 10 y el 12%.
Ya hace una semana que estamos tomando medidas de quite de colaboración (no hacer horas extras), que llevaron a que tanto Renault como Iveco no puedan cumplir con las metas productivas.
A igual trabajo igual salario
Los trabajadores creemos justo cobrar como mecánicos mas allá de las distintas empresas en que trabajamos. Las empresas dicen que no lo pueden pagar, pero todos sabemos que el aumento implica, en el peor de los casos, reducir apenas algún punto de las importantes ganancias que vienen teniendo en los últimos 3 años, con aumento de la producción y de las plantillas de operarios. Pero no sólo “lloran miseria” sino que amenazan con el despido del personal contratado como represalia a la firmeza obrera del reclamo.
El sindicato
El Smata está reproduciendo los conflictos nacionales del año pasado, con quites de colaboración para evitar la conciliación obligatoria, y asambleas informativas por sector para entorpecer la cadena de producción. Hubiera sido mejor igualar los plazos de discusión de todas las terminales para que todas juntas salgan a la vez, así el peso de las “grandes” presionaba a las automotrices medianas. Pero no se hizo. Es importante que, a la vuelta de las vacaciones del grueso de las fábricas, se convoque a una asamblea general de las plantas en conflicto y de todos los cuerpos de delegados, mientras se realizan asambleas en cada planta automotriz, donde el primer punto sea la solidaridad con los compañeros en lucha. En segundo lugar, los problemas sectoriales de cada planta. Esto se tiene que realizar, como mínimo, en Smata Córdoba. Allí podremos debatir la posibilidad de comenzar con marchas a contra turno (que no son alcanzadas por la conciliación), los piquetes en las puertas de los establecimientos y las medidas que el conjunto de los trabajadores estén dispuestos a llevar adelante, junto a la importante tarea de defender a los contratados contra eventuales despidos y pelear por su efectivización. Incluso realizar movilizaciones que presionen al gobierno provincial de De la Sota, que subsidia a estas empresas con la excusa de la “generación de empleo”, pero cuando se “genera” las empresas se quedan con el subsidio y con parte del salario que nos corresponde a los trabajadores. Esto demuestra que empresa y gobierno están juntos, y lo que se busca “generar” en realidad son más ganancias.
Todos los medios de prensa informan sobre el crecimiento y las ganancias de la industria automotriz, “el motor de la recuperación”. Pero a la hora de discutir salario, mandan a sus sirvientes a “llorarnos la carta” a los trabajadores sobre los escasos márgenes de ganancia, sobre lo difícil que es producir, etc.
¿Qué podemos hacer los trabajadores?
Las patronales dicen que hay intereses políticos o internas gremiales que llevan a la intransigencia del gremio. No debemos darle importancia a los dichos de los empresarios que nos quieren dividir. Todo compañero honesto puede preguntarse cuánto va a durar la firmeza de los dirigentes. No sabemos. Muchos compañeros perciben que no se está respondiendo con la misma firmeza a la prepotencia de las patronales, que por ejemplo en Iveco quieren ejercer “terror” sobre compañeros que adhieren a las medidas, incluso con amenazas individuales y personales. Varios compañeros se preguntan: ¿por qué no preparamos, para la vuelta de las vacaciones de Renault y Matricería, medidas coordinadas para “pegar” en común? Si se realizó un paro solidario nacional por los compañeros de las concesionarias, es indudable que podemos hacerlo hoy que nos toca directamente. Voluntad y compromiso sobra en cada planta.
Queremos la unidad ¡Podemos Ganar!
Es fundamental que los trabajadores avancemos en la organización y en la unidad, que todo se resuelva en asambleas comunes de efectivos y contratados, incluida la firma de futuros pre-acuerdos. Si los trabajadores tenemos firmeza en las líneas para presionar a los posibles carneros, también debemos ser firmes para no permitir que los dirigentes o delegados aflojen o no generalicen el conflicto a las grandes empresas. Sino, posiblemente termine como el año pasado en VW y Ford, con mucha bronca porque se firmó un 8% para todo el 2007, y se consultó a la asamblea después de firmar.
En respuesta a la dureza de las patronales, ya han surgido nuevos activistas que se organizan para garantizar las medidas y convencer a todos los compañeros, es decir, para llevar la lucha hasta el final. Fortalecer esa organización es la única garantía para ganar.