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Nacionales

Narcotráfico en Southern Winds

17 de febrero 2005

Delegado Gral. de LAFSA

Mientras algunos medios de comunicación como Clarín informaban que el gobierno buscaba aprovechar el caso del tráfico de cocaína en SW para privatizar a LAFSA, era removido del cargo el máximo jefe de la Policía Aeronáutica Nacional (PAN) por evidentes relaciones entre esta fuerza y el contrabando. La intención del gobierno de privatizar Líneas Aéreas Federales ante estos hechos parece, entonces de un cinismo sin fin.
Los dueños y directivos de SW, Fuerza Aérea, Policía Aeronáutica, todos complotados en el tráfico de cocaína a Madrid.
Ahora que se conoce la verdad se echan culpas unos a otros. Lo único que muestra cada una de las declaraciones es que detrás del negocio aeronáutico se esconde una trama de mafias que manejan millones de dólares, a través de la concesión de los aeropuertos del evasor Eurnekian (socio en el 30 % de SW y quien llevó a LAPA a su desaparición), manejo irregular de subsidios del gobierno, empresas que juegan con la vida de los trabajadores y pasajeros reduciendo al máximo el mantenimientos de las aeronaves (como mostró el accidente de LAPA) mientras trafican millones de euros en drogas.
SW recibe a través de la secretaría de Transporte liderada por Ricardo Jaime un subsidio para el pago del combustible de alrededor de 4 millones y medio de pesos mensuales. Por orden expresa de Jaime la operación de LAFSA siempre se vio demorada con el descarado pretexto de que no se podía bajo ningún punto de vista competir con la empresa de los Maggio. Los trabajadores de LAFSA hace un año venimos denunciando en distintos ámbitos esta situación.
Las empresas de seguridad, tanto de Aeropuertos Argentina 2000, como de SW son propiedad de hombres vinculados a la dictadura militar y a la ex guardia pretoriana de Yabran.
Alberto Beltrame, jefe del Aeropuerto Internacional de Ezeiza es el padre de uno de los prófugos en el escándalo y miembro de SW, Walter Beltrame.
Hasta fueron borrados por la misma PAN los vídeos que permitirían identificar a quienes llevaron las maletas al aeropuerto.
No está de más remarcar que los trabajadores de SW no tienen convenio colectivo de trabajo, que ganan salarios de hambre, que están flexibilizados mediante contratos mensuales, pasantías y sufren día a día condiciones de labor inaceptables. Los mismos que negrean, trafican. Las consecuencias de esto todavía están por verse, pero hay que exigir que los compañeros trabajadores de SW no sean quienes terminen pagando el pato con su fuente laboral siendo solo los trabajadores aeronáuticos quienes tienen las manos limpias. Cuando la seguridad de los vuelos está en manos de los capitalistas y de lo peor de las fuerzas de seguridad, el resultado es más que obvio: accidentes, contrabando, trafico de drogas son moneda corrientes en los aeropuertos de todo el país. Todas las medidas de seguridad de los vuelos tienen que estar en manos de los trabajadores.

Prensa

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