Algo que PO no nombra en sus artículos es que, frente al movimiento creciente de trabajadores que ocupan las empresas que cierran, sectores del PJ, de la burocracia sindical, del ARI y la Pastoral Social, promueven la formación de cooperativas, con el fin de transformar a los ex-empleados en “socios” de una nueva empresa capitalista que adopte todas las medidas necesarias para “competir” en el mercado (autoexplotación), incluso cargándolos con las deudas de los ex dueños y a veces hasta con la indemnización por los bienes “expropiados”.

Acción obrera independiente y cooperativismo

Aquí reaparece un problema frente al estado patronal: si los trabajadores que ocupan las instalaciones deben o no ponerlas a producir para garantizar sus salarios, sin esperar autorización de la justicia. El PTS y sus dirigentes en el sindicato ceramista han dicho categóricamente que sí, y esto contribuyó decisivamente a que los obreros de Zanon pusieran en marcha primero el pulido y luego los hornos, es decir, todo el proceso de producción, iniciando una nueva experiencia del movimiento obrero argentino en esta década. Este ejemplo fue luego seguido por las obreras y obreros de Brukman de Capital y ahora por las trabajadoras y trabajadores de Clínica Junín de Córdoba. Los abogados del CeProDH ejercimos exitosamente la defensa legal de estas acciones. El PO no se pronunció al respecto, y en el “punto 8” del programa de la ANT no se dice claramente qué se propone a los trabajadores como primer paso cuando ocupan una expresa que cierra. Como se habla de fábricas bajo “gestión” obrera, debemos suponer que están en funcionamiento. Esto no es un detalle menor, ya que muchos abogados y políticos que promueven la formación de cooperativas les dicen a los trabajadores que no deben ponerlas en funcionamiento, que deben esperar la autorización de la justicia y que no deben unirse con los piqueteros, los asambleístas y las fábricas ocupadas como Zanon y Brukman para no entorpecer los trámites. Y esto implica la mayoría de las veces que los trabajadores tengan que sobrevivir meses en el hambre. Así, muchas cooperativas se forman luego de meses de cerrada la empresa y con la mitad o menos de los puestos de trabajo originales.

Lo nuevo no es sólo que se ocupen empresas, aunque este es un paso indispensable que hay que apoyar y promover. Lo verdaderamente revolucionario, lo que ha generado muestras de reconocimiento internacionalmente, es que las empresas vuelvan a funcionar bajo control/administración obrera, mostrando el poder de una clase que puede dirigir la sociedad. Si los obreros de Zanon hubieran esperado a conseguir una expropiación de la fábrica para iniciar su producción, o una autorización de algún juez, hoy no estarían cobrando sus salarios (que, aunque PO diga que se estén "sosteniendo precariamente”, rondan los 800 pesos mensuales) y quién sabe si alguna vez hubieran vuelto a trabajar. Esto no lo destaca hoy PO como ejemplo para otras fábricas y empresas, y con esto les hace un enorme favor a los cooperativistas opuestos a defender los derechos obreros con la lucha.

Estatización e independencia del estado

PO evidencia otra incomprensión profunda (por decir lo menos) sobre la política para que la clase obrera se transforme en sujeto político revolucionario. Desde el PTS, a través tanto de nuestros dirigentes obreros como Raúl Godoy y de otros militantes que venimos interviniendo en el proceso, consideramos que la experiencia de la clase obrera demostrará la justeza del programa revolucionario. Y este programa parte de demandas mínimas como la oposición a los despidos y a la pérdida de conquistas laborales. Cuando la patronal de Zanon se demostró incapaz de garantizar estos derechos elementales, en marzo del 2001, en una asamblea en el sindicato ya recuperado a la burocracia sindical, los trabajadores decidieron inscribir en el programa ceramista la consigna de “estatización sin pago de Zanon bajo control obrero”. El PO en su momento apoyó estos pasos. En esto también los obreros de Zanon inauguraron una tradición de clase: en un país donde se multiplicaban los cierres y despidos masivos, los ceramistas anunciaban que no aceptarían ni un despido, ni una rebaja salarial ni suspensiones, y que si la patronal no era capaz de garantizar esos derechos, exigían que el estado la expropiara.

PO afirma: “La estatización burguesa de una empresa vaciada, judicial o no, tiene un carácter reaccionario porque pretende el rescate, a costa del pueblo, de un régimen social superado. Le otorga al aparto estatal los instrumentos y la fuerza para destruir la gestión obrera que se ha desarrollado con independencia del Estado, lo que llevaría en última instancia a realizar los objetivos del capital, bajo forma estatal o reprivatizando. La expropiación de la planta, y la entrega de ella a los trabajadores, es el punto de partida de cualquier reorganización obrera progresista y constituye un paso adelante pues se trata de una organización independiente del estado, fundada en la autonomía de clase”. (PO 764)

En primer lugar, hablan de un “régimen social superado” al mejor estilo autonomista. ¿Consideran acaso que porque los obreros de Zanon violaron la propiedad privada y pusieron a producir la fábrica “superaron” el “régimen social”? Si fuera así, entonces, si algún capitalista o el estado (posibilidad que no existe hoy) propusiera reabrir la fábrica con todos los trabajadores, reconociendo todos los derechos de convenio y a la actual organización obrera ¿los trabajadores deberían rechazar esta propuesta?
En segundo lugar, no se pronuncian (ni en este párrafo ni en ningún artículo) sobre la “estatización sin pago y bajo administración obrera” como proponen los obreros de Zanon. Hablan de una “estatización burguesa” que no propone nadie (aunque el MPN haya nacido del peronismo, hoy es el vocero de Repsol y está aliado a López Murphy).
En tercer lugar, ¿qué significa “la expropiación de la planta, y la entrega de ella a los trabajadores”, que no sea la estatización? En Transportes del Oeste el PO propone una “empresa autónoma”, no estatal. La única posibilidad es una cooperativa, como propuso un dirigente de PO en Brukman, donde los trabajadores se transforman en dueños de la empresa. Y téngase en cuenta que aquí PO no pone condiciones a la expropiación y a la “entrega a los trabajadores”. Para PO, las cooperativas que hoy existen en la realidad (no en sus cabezas) ¿son “una organización independiente del estado, fundada en la autonomía de clase”? Tienen la obligación de aclararlo cuando atacan a los obreros de Zanon, que sí son claramente “una organización independiente del estado, fundada en la autonomía de clase”. Este no es un punto menor ya que para PO este tipo de empresas “es el punto de partida de cualquier reorganización obrera progresista y constituye un paso adelante pues se trata de una organización independiente del estado, fundada en la autonomía de clase”. Si los trabajadores de Zanon lograran la estatización sin pago y la administración obrera ¿no sería un “punto de partida de cualquier reorganización obrera progresista”? Desde el PTS consideramos que si, como lo hicieron los grandes dirigentes del marxismo revolucionario1. Además, esta es la forma de señalar una perspectiva para las grandes empresas que concentran los sectores claves de la economía. ¿Qué otra cosa significa la re-estatización sin pago de las empresas privatizadas (petróleo, gas, luz, teléfonos, etc.) para ponerlas a funcionar bajo administración obrera?

Para el PTS “una organización independiente del estado” y la “autonomía de clase” se conquistan si las organizaciones obreras luchan consecuentemente contra los capitalistas y su estado, aunque sean luchas parciales, y avanzan en su conciencia de clase, es decir, en comprender que hace falta una lucha nacional e internacional para derrotar a los enemigos de clase, que para ello hace falta unir las filas obreras (ocupados y desocupados) y dirigir la alianza obrera y popular, construyendo organismos democráticos de las masas en lucha, en la perspectiva del poder obrero. Y si junto con todo esto, los trabajadores más conscientes se organizan con los marxistas revolucionarios en un partido de trabajadores revolucionario internacionalista. En todos estos terrenos los obreros de Zanon han dado pasos significativos. Lamentablemente los cooperativistas no.
Varias de las medidas propuestas en el programa de la ANT para las fábricas ocupadas, pueden servir dirigidas a los trabajadores que forman cooperativas, para pelear por incorporarlos a una perspectiva de clase demostrando lo incorrecto del cooperativismo tradicional (en relación a la indemnización a los patrones, las deudas, la cuestión de la “autosuperexplotación”, etc.), pero deben partir de promover la unidad con los trabajadores de Brukman, Zanon y Clínica Junín que luchan por la estatización sin pago y bajo administración obrera, estableciendo los puntos en común por los cuales luchar, como por ejemplo, la demanda de expropiación sin pago y la exigencia de subsidios no reintegrables del estado a las empresas bajo gestión obrera (en la forma que decidan los trabajadores).

Unidad de ocupados y desocupados

Con millones de desocupados y subocupados, con el hambre extendiéndose en niveles nunca vistos, el SOECN unió la exigencia de estatización a la de plan de obras públicas bajo control obrero, como parte de la batalla por terminar con la desocupación, y como programa de unidad con los trabajadores desocupados, estatales y otros. La unidad concretada con el MTD en decenas de marchas, cortes de puentes y rutas, ahora ha dado un salto con la incorporación de compañeros a la producción con igualdad de derechos (ver página 5).
PO propone convertir a las plantas en proveedoras del Estado con “prioridad absoluta” (programa de la ANT) sin exigir un plan de obras públicas y sin mencionar a los desocupados ni las necesidades de la población. Esto puede llevar a separar la lucha de los obreros de las fábricas ocupadas de la lucha de los trabajadores desocupados, cuestión fomentada por muchos cooperativistas.

La Comisión de Administración Obrera Transitoria

Ante el tercer y más fuerte intento del juez Páez Castañeda (el mismo que mandó a desalojar a los trabajadores de imprenta Chilavert) de tomar por la fuerza Cerámica Zanon y otorgarle la posesión a la patronal y los Síndicos, los obreros resolvieron democráticamente en asamblea continuar con la administración directa de la fábrica mientras siguen peleando sin tregua por la estatización sin pago bajo control obrero. En este marco, se planteó una estrategia legal de defensa que permita mantener la situación actual de hecho. Se presentó la propuesta de una Comisión de Administración Obrera Transitoria, una institución temporaria que no sea un obstáculo en el camino de la estatización sin pago bajo administración obrera, que no signifique un desvío que genere institutos legales que la justicia pueda aceptar pero que sean antagónicos con una perspectiva de clase.
Esta propuesta no es ni más ni menos que la contemplación de lo que hoy existe: una administración obrera que, desconociendo la deuda patronal, lleva adelante la producción y garantiza los salarios. Y no sólo eso. Con la colaboración de docentes universitarios de la UBA, se presentaron proyectos concretos con el objeto de demostrar una vez más que los obreros son los únicos a los que les interesa la defensa de los puestos de trabajo y la creación de nuevos. No tenemos expectativas en que el juez aceptará esta propuesta. Si lo hiciera, la enorme ventaja sería el reconocimiento que la planta puede funcionar bajo administración obrera, con todos sus empleados y con todos los derechos adquiridos. Parece que PO no conoce que ni el juez, ni la empresa, ni los acreedores (incluido el gobierno provincial) aceptan ninguna reapertura con la totalidad de los trabajadores y su organización actual, mucho menos una administración obrera. Si en una hipotética administración obrera el juez intentara intervenir en la producción, las ventas u obligar al pago de las deudas (desventajas reales que señala PO, a las cuales los obreros no se comprometen de antemano) se trataría simplemente de rechazarlas y seguir luchando. Es increíble para cualquier persona sensata sostener lo que acusa el PO: “administración obrera judicial que sirve a la patronal y a los acreedores”. Por si hiciera falta, señalemos además que desde el principio se han impugnado todas las formas jurídicas del concurso y el sindicato obrero se ha presentado como parte en el expediente en representación conjunta de los intereses de los trabajadores, y no como meros acreedores laborales, como la lógica concursal (y como aconsejan los cooperativistas) lo indicaría. Se ha denunciado además que el concurso de acreedores es un intento de continuar el lock out por otros medios. Pero como el juez y los acreedores siguen adelante, es la obligación de toda dirección seria presentar medidas que permitan demostrar no sólo ante los trabajadores de Zanon sino ante el pueblo trabajador neuquino, a quienes se apelará en caso de represión, que la justicia no permite ninguna vía de solución a los problemas de los trabajadores.
El PTS apoya todos los pasos que siguen dando los trabajadores ceramistas, hitos en el camino de conquistar un nuevo movimiento obrero revolucionario. El PO lanza bombas de humo que ocultan su peligroso coqueteo con el cooperativismo, que se transforma en burocratismo hacia las experiencias más avanzadas de gestión obrera independiente.

1 “Deben propugnarse ya, paralelamente, reivindicaciones de carácter transitorio: nacionalización de los ferrocarriles, (…) nacionalización de las riquezas del subsuelo, nacionalización de los bancos, control obrero de la industria, en fin, reglamentación de la economía por el Estado, todas estas reivindicaciones inherentes al paso del régimen burgués al régimen proletario preparan esta transición para, después de la nacionalización de los bancos y de la industria, disolverse en el sistema de medidas de la economía organizada según un plan que sirve para preparar la sociedad socialista.” (Trotsky, La Revolución Española).