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Mundo Obrero

ANTE EL DESABASTECIMIENTO

No a los despidos y suspensiones: que la crisis la paguen los patrones

En distintas fábricas de la alimentación se empiezan a sentir las consecuencias del enfrentamiento entre los patrones del campo y el gobierno.

Leonardo Norniella

19 de junio 2008

En distintas fábricas de la alimentación se empiezan a sentir las consecuencias del enfrentamiento entre los patrones del campo y el gobierno. Los empresarios de la alimentación empezaron a despedir al personal de agencia en varias empresas como la de galletitas Cari, la fábrica Cueto y en la empresa norteamericana PepsiCo; en Alijor la patronal adelantó las vacaciones del personal, en Granix a los pasantes de la escuela adventista no los convocan a realizar tareas. En todas estas fábricas el problema central es la falta de materias primas.
El conflicto en curso esta golpeando con más fuerza a los trabajadores, por lo que es imperioso dar una respuesta. Pero ante este panorama el sindicato conducido por Rodolfo Daer tiene la política de dejar hacer a los patrones lo que quieran con los trabajadores. Al sindicato los contratados sólo le interesan para descontarles el 2% de “aporte solidario”.

En PepsiCo son varias las líneas que están paradas desde la semana pasada y la patronal tomó la decisión de despedir a 40 compañeras/os de agencias, que en su mayoría estaban en la fábrica hace 5 meses, varios de ellos próximos de quedar efectivos, y a otros se les vencía el contrato la semana próxima. Nos reunimos con la patronal y reclamamos la reincorporación y el cese de despidos de más compañeros de agencia. La empresa se negó a que vuelvan a la fábrica y sólo prometió efectivizar a una parte, una vez que se termine el conflicto “gobierno-campo”. Luego hicimos asamblea y discutimos con los compañeros sobre la reunión con la patronal y como enfrentar estas y otras medidas.

Los sectores patronales en pugna como siempre quieren descargar la crisis en la espalda de los trabajadores. Al principio se dispararon los precios y luchamos para recuperar algo de lo que la inflación nos robó del salario, ahora al no haber materias primas son los compañeros de agencia a los que dejan en la calle. Más que nunca es necesaria la unidad entre efectivos y contratados para que nadie quede en la calle. Los empresarios no quieren perder ni un peso de sus ganancias. ¡Ningún despido más en la alimentación!

Esta realidad que golpea no sólo a las empresas alimenticias prácticamente no sale en los medios o son sólo recuadros muy chicos.

Lo cierto es que por los efectos del conflicto entre el gobierno y el campo, los recortes energéticos o la ‘incertidumbre ante la situación económica’, los empresarios han decidido descargar la crisis sobre la clase obrera. Y no sólo en la zona norte del Gran Buenos Aires.

Trabajadores de decenas de estaciones de servicio han sido suspendidos. Varias empresas avícolas, lecheras y de otras industrias alimenticias de las zona de Córdoba y Santa Fe han suspendido a la mayoría del personal. En Santa Fe, 1.800 trabajadores de la carne tienen suspensión horaria, pero durante todo el conflicto suman casi 50.000 en todo el país. En San Luis, la fábrica de galletitas Dilexis suspendió a más de 300 trabajadores, fueron 900 entre la Bagley y Georgalos en Córdoba. En esa provincia, además, 2.400 trabajadores de Renault e Iveco fueron suspendidos “por la falta de insumos” a raíz de los piquetes de las entidades del campo, y otro tanto pasó en las empresas metalúrgicas y de maquinaria agrícola.

La clase obrera no debe seguir viendo este enfrentamiento entre sectores patronales por la TV porque sus consecuencias ya están golpeando con carestía, suspensiones y despidos. Debemos salir a pelear por nuestros reclamos y defender nuestros derechos, que no son los de los empresarios ni de la ciudad ni del campo.

Prensa

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