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Mundo Obrero

POR UN AUMENTO DE EMERGENCIA. DEFENDAMOS A LOS DELEGADOS COMBATIVOS

No permitamos despidos ni suspensiones

“Veo un período difícil por delante”, dice Cristiano Ratazzi, presidente de la FIAT. La industria automotriz y muchas ramas metalúrgicas han ganando millones estos años, pero la crisis internacional los ha obligado a rever sus planes. Dificultades para acceder al crédito, baja en las exportaciones, menor consumo y obra pública, ahora todo parece ‘conspirar’ contra sus negocios.

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9 de octubre 2008

“Veo un período difícil por delante”, dice Cristiano Ratazzi, presidente de la FIAT. La industria automotriz y muchas ramas metalúrgicas han ganando millones estos años, pero la crisis internacional los ha obligado a rever sus planes. Dificultades para acceder al crédito, baja en las exportaciones, menor consumo y obra pública, ahora todo parece ‘conspirar’ contra sus negocios.

Por eso, ‘atentos y vigilantes’ como les pidió Cristina Kirchner, comenzaron los ajustes empresariales. Las recetas que empiezan a utilizarse son las de siempre.

“General Motors va a despedir 250 personas a fin de año. Y Mercedes Benz, otras 500 personas”, aclara el Secretario Adjunto del SMATA. Parece que la burocracia sindical no va a hacer nada, como está pasando en las multinacionales automotrices o de la alimentación en Córdoba y el Gran Buenos Aires.

Los años ‘90 mostraron que el ‘período difícil’ de los patrones siempre termina en la ruina de millones de trabajadores.

Aunque las dimensiones de la crisis sean inciertas, la patronal, la burocracia y el gobierno se preparan para salvaguardar sus intereses. La UIA dice que ni locos van a dar los 500 pesos que ‘pidió’ Moyano.

¿Qué respuestas vamos a dar los trabajadores?

Tenemos que poner toda nuestra fuerza para rechazar cualquier intento de descargar el fracaso de los negocios capitalistas sobre nuestras espaldas. Es necesario:

 Imponerles a los empresarios y el gobierno la prohibición de despidos y suspensiones. También enfrentar aquellas medidas que, como el adelanto de vacaciones o el banco de horas, son un ataque indirecto contra las condiciones laborales.

 Que se repartan las horas de trabajo sin tocar el salario de cualquier empresa que decida bajar la producción.

 Ante la amenaza de crisis, los patrones quieren planchar los salarios (ya devaluados producto de la inflación). Exijamos un aumento de emergencia y un salario equivalente a la canasta familiar.

 Cada uno de estos reclamos va a desatar la resistencia patronal y los ataques de los sindicalistas vendidos, como ya ha ocurrido en Maffisa y en FATE. Por eso habrá que coordinar la solidaridad entre los luchadores y defender a los delegados y comisiones internas combativas. Junto con esto, debemos avanzar en recuperar las organizaciones obreras. Para que la crisis la paguen ellos.

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