Por estos días vimos el raid mediático de todas las variantes burocráticas: Moyano, Caló, los gordos, Barrionuevo, Lescano, el “Momo” Venegas y demás impresentables. Todos evitaron mencionar las paritarias. Sucede que al momento muchos de ellos firmaron a la baja, respecto de años anteriores y por debajo de la inflación.

La nueva tanda de paritarias sigue con gastronómicos, hoteleros y alimentación cuyos dirigentes parecen copiar el método de los anteriores: regateo por algunos puntos porcentuales, sin plan de lucha serio contra la patronal. A juzgar por sus antecedentes parecen inclinarse por la baja siguiendo la lógica de la primera tanda de convenios firmados. Los porcentajes de los que ya acordaron, que oscilan entre el 21% y 23 %, están por encima de lo que pretendía el gobierno, pero lejos de las necesidades de los trabajadores. En épocas del Moyano oficialista, este se prestaba a presentar en público los acuerdos en función de los techos que ponía el gobierno, incluso con números que estaban por debajo de lo conquistado realmente. La nueva lógica, parece invertirse y los burócratas dibujan los números por arriba de lo realmente conquistado. Como fuere, ayer y hoy, ambos bandos siguen dejando por fuera a más de la mitad de los trabajadores que ni siquiera tiene derecho a una paritaria donde discutir sus condiciones de trabajo y salarios. Moyano, ensayando su ubicación opositora se entera ahora de que millones de trabajadores están en negro y bajo condiciones precarias. Discurso de ocasión para una interna que lo encuentra en retroceso. No sólo no movió un dedo por incorporar a estos sectores en las paritarias. Ni de palabra le dio apoyo a la larga lucha de los judiciales bonaerenses, que enfrentan al gobierno de Scioli, nuevo aliado de Moyano.

La división de la CGT, entre burócratas que apoyan a una u otra camarilla política del PJ, en nada impide que todos hagan causa común a la hora de firmar acuerdos con las cámaras patronales que atentan contra el poder adquisitivo de los trabajadores. Al fin de cuentas y más allá del cacareo, todos apoyan el “modelo” de techo salarial.

El PTS plantea que ante la división por arriba de los burócratas hay que imponer la unidad desde abajo. Luchamos para que los paritarios sean votados por asambleas en los lugares de trabajo. Las patronales se unen contra el salario obrero y para ello dividen a los trabajadores. Ante esto luchamos por una Paritaria Nacional Única que unifique la pelea y empiece por definir un Salario Mínimo Vital y Móvil para todos los trabajadores del país equivalente a la canasta familiar valuada en $6000. Que las paritarias incluyan los reclamos de todos los trabajadores empezando por los que están en negro, tercerizados y contratados. Para ello es necesario impulsar un plan de lucha unificado que movilice al conjunto de los trabajadores. Desde esta perspectiva el PTS presta todo el apoyo y solidaridad a las luchas en curso, empezando por aquellos sectores que dan pelea contra la traición de las cúpulas, como los clasistas de “La Bordó” en Alimentación que denuncian el 25% que Daer quiere cerrar a espaldas de los trabajadores. Ellos exigen un plenario de delegados votados por las bases de la Alimentación, para discutir democráticamente un plan de lucha para imponer un salario acorde a las necesidades de los trabajadores y por mejores condiciones laborales. Daer llamó a un paro de 2 horas por turno el miércoles pasado que se encargó de no garantizar en la inmensa mayoría de las fábricas. En Kraft las asambleas decicieron no realizar diferentes trabajos que provocaron una baja de la producción, lo que afecta a la patronal más que el “paro” de la burocracia que sólo buscaba que el Miniterio decrete la conciliación, como efectivamente sucedió. También hay que rodear de solidaridad a los trabajadores del INTI, Judiciales, la Casa de la Moneda y todos los que salen a pelearla.