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Paros por turno en Siderar

En Ternium Siderar (ex Propulsora Siderúrgica) hay 600 trabajadores que, desde diciembre del año pasado, están soportando las medidas que la patronal viene tomando frente a la crisis económica. La mayoría tuvieron vacaciones forzadas, y se mantienen las suspensiones a efectivos y contratados.

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23 de abril 2009

En Ternium Siderar (ex Propulsora Siderúrgica) hay 600 trabajadores que, desde diciembre del año pasado, están soportando las medidas que la patronal viene tomando frente a la crisis económica. La mayoría tuvieron vacaciones forzadas, y se mantienen las suspensiones a efectivos y contratados.

A este panorama se suma que en abril de este año, Siderar debía pagar los premios a la producción que se corresponden con lo invertido y las ganancias que la patronal hizo en 2008, pero la empresa se niega a hacerlo, otra vez por la excusa de estar perjudicada por la crisis.
Sin embargo, los obreros reconocen que la empresa facturó millones el año pasado y que en este momento se produce lo mismo que antes de la crisis, con 100 compañeros suspendidos.

Esto generó mucha bronca entre los trabajadores que ven como la patronal descarga la crisis sobre ellos y sus familias, y decidieron comenzar con un quite de colaboración y paros de media hora por turno para exigir que la empresa cumpla con el pago.

Siderar es una más de tantas empresas, que han hecho ganancias extraordinarias en los últimos años a costa de la explotación de sus obreros. Pero los trabajadores han comenzado a plantear que esta vez no son ellos los que quieren perder en esta crisis.

Un directivo de la dictadura

Ricardo Corteletti fue directivo de Propulsora Siderúrgica y actualmente lo sigue siendo en Tenarium Siderar, y cuenta con una larga trayectoria antiobrera.

Carmelo Cipollone fue delegado de Propulsora y lo denunció por haber entregado las listas de quienes fueron secuestrados en esa fábrica. En Propulsora el mismo día del golpe militar fueron llevados por la Marina los obreros que Corteletti “marcaba”, y fueron detenidos, junto con obreros secuestrados del Astillero Río Santiago y del frigorífico Swift, en el Liceo Naval.

La impunidad permite que este nefasto personaje de la dictadura siga hoy cumpliendo funciones y aplicando las políticas patronales contra los obreros de Siderar.

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