logo PTS

Nacional

LA METROPOLITANA, BONAERENSE Y FEDERAL

Policía: Espionaje, “orden” y represión

Si hay un ejemplo claro de que los trabajadores y el pueblo nunca serán protegidos por las fuerzas represivas de este Estado, es el caso de la policía Metropolitana de la Ciudad de Buenos Aires.

PTS

26 de noviembre 2009

Si hay un ejemplo claro de que los trabajadores y el pueblo nunca serán protegidos por las fuerzas represivas de este Estado, es el caso de la policía Metropolitana de la Ciudad de Buenos Aires.

Esta nueva fuerza represiva no salió a la calle y ya está causando la peor crisis en el gobierno macrista. Macri, que anunció que su lanzamiento significaría “más seguridad para los porteños”, no pudo explicar qué tenía que ver con esto pinchar los teléfonos de Sergio Burstein, dirigente de Familiares y Amigos de Víctimas del atentado contra la AMIA, y de sindicalistas y políticos opositores, entre otros. Frente al cuestionamiento de cuál es el propósito de incorporar en las filas de la “Metropolitana” a decenas de ex - agentes de inteligencia de la Policía Federal, la respuesta es tragicómica. Según Página/12, el “Fino” Palacios habría justificado el armado de un grupo de espionaje en que “para hacer un desalojo de intrusos, se necesita inteligencia previa” (sic). Para el gobierno de la ciudad, es muy “PRO” reprimir a indigentes, cartoneros, desalojar a los obreros que se atrevan a ocupar una fábrica o a quienes corten una calle.

Luego de la detención del “Fino” Palacios, Macri reconoció como único error haber designado a alguien tan resistido por sectores de la SIDE y de la Federal al frente de la nueva policía. Pero la realidad es que el surgimiento de la Metropolitana está causando graves roces con la Federal que no sólo considera que ahora deberá compartir el poder de fuego represivo en la ciudad más importante del país, sino que podría llegar a tener que compartir parte de sus negocios, ya que las distintas policías están estrechamente ligadas a las actividades ilegales más rentables. El robo de automóviles, las zonas liberadas, el narcotráfico y la trata de mujeres para el ejercicio compulsivo de la prostitución –negocios capitalistas en el margen del sistema-, son actividades que sólo pueden realizarse a gran escala, gracias a la complicidad y participación de las “fuerzas del orden”.

Los medios de comunicación insisten en ocultar esta realidad e impulsan los reclamos de los sectores más reaccionarios de aumentar el poder de fuego de estas instituciones, de construir más cárceles para atestarlas de pobres y de endurecer la legislación penal.

Como parte de este discurso hipócrita el Jefe de Gobierno porteño ratificó, a pesar de los escándalos, que en pocas semanas la Metropolitana estará en las calles para que “los padres no pasen la noche en vela cada vez que sus hijos salen de noche a bailar”. Mientras decía esto el joven Rubén Carballo peleaba por su vida en un hospital víctima de los golpes de la policía federal.

No se queda atrás Daniel Scioli, Gobernador de la provincia de Buenos Aires, quien afirmó que la forma de combatir el delito es la del “orden, la firmeza y el rigor”. Es decir, fortalecer a una de las policías que más jóvenes mata por gatillo fácil mientras se enriquecen a través de todo tipo de crímenes rentables y que cuenta en sus filas más de 9.000 agentes en actividad que actuaron durante la dictadura.

El plan de Scioli es reformar el Código Contravencional para “recuperar la calle” y “controlar el espacio público” de personas que “exigen dádivas” y de aquellos que “porten cualquier tipo de arma… o de capucha” (Clarín, 14/11), o sea los chicos de la calle, los cuidacoches, los indigentes sin techo y las movilizaciones obreras y populares. La Bonaerense se valdrá de figuras como la “averiguación de antecedentes” para detener por “portación de rostro”. Esta política ultra reaccionaria se complementa con la limitación de las excarcelaciones, la baja de la edad de imputabilidad y la militarización de las villas, todo muy PRO.

Esta política represiva se lleva adelante en la provincia más rica del país, donde se produce la mayor parte del Producto Bruto nacional, donde se concentran los capitalistas y terratenientes más ricos. Y a su vez ostenta los mayores índices de pobreza, desocupación y miseria de la Nación, que son las causas que llevan a sectores desesperados a delinquir, y que son objeto de la represión por parte de la policía cómplice y partícipe necesario del delito.

Esto último no es una contradicción, el objetivo de las fuerzas de represión es justamente resguardar este “orden” capitalista, en esencia la propiedad capitalista. La represión a los sectores más bajos de la población, y a todo aquel que amenace dicho “orden”, tiene el objetivo de ejercer el control social. La campaña de la prensa capitalista exigiendo más represión, complementa ideológicamente esta política. Ante esto, suenan impotentes las ocasionales denuncias de la centroizquierda como Pino Solanas.
Por este motivo, el delito no puede ser solucionado por el mismo sistema que lo origina. Exigir más policías, mayor poder de fuego, es agravar el problema. Hay que luchar para acabar con la pobreza y la descomposición social que produce el sistema peleando por trabajo para todos, por el reparto de las horas de trabajo entre ocupados y desocupados manteniendo el salario, entre otras medidas. Debemos luchar por disolver la SIDE y todos los servicios de inteligencia, los organismos de seguridad y la policía, la mayor organización del “crimen organizado” y su reemplazo por el armamento de las organizaciones obreras, del pueblo oprimido y controlada por los militantes y organismos de DD.HH.

Prensa

Virginia Rom 113103-4422

Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

Temas relacionados: