A estas luchas se agregan además la de los trabajadores bancarios, judiciales de Buenos Aires y del PAMI; luchas todas ellas que podrían estar marcando el inicio de un reanimamiento de la clase trabajadora en busca de recuperar lo perdido tras la devaluación duhaldista. Pero además, las demandas salariales en curso comienzan a poner en cuestión la base de sustentación de la recuperación económica kirchnerista que se apoya en los bajos salarios, la flexibilización y el desempleo masivo.
No en vano, el gobierno de Kirchner ya declaró a través de su ministro Tomada que no dará ningún aumento. Toda una política antiobrera que, tras la imposición de la nueva reforma laboral flexibilizadora y el mantenimiento de los devaluados salarios en el sector privado, se refuerza con el ataque a los desocupados a través de la caída de miles de planes de empleo y la criminalización de su protesta.
Asambleas de Base y Plan de Lucha Nacional
Ni la miseria salarial, ni las luchas en curso, ni el ataque a los desocupados desvelan a las cúpulas sindicales. Por el contrario, lo que desvela a dirigentes como Daer y Moyano es su pelea por reubicarse ante el nuevo gobierno y aparecer como centrales oficialistas, mientras que por su lado los dirigentes de ATE-CTA buscan tambien afanosamente un lugar en las fotos con Kirchner.
Sólo allí donde la enorme presión de las bases empuja a los dirigentes, éstos se ven obligados a salir a la lucha pero, desde luego, cuidándose de mantenerlas fragmentadas y aisladas e impedir que tomen un curso independiente.
Pero si esta es la ubicación de los dirigentes, los trabajadores empujan en otro sentido. Allí están los docentes de Caleta Olivia que para salir a pelar se autoconvocaron sin esperar a la cúpula de su gremio. Hay que generalizar estas experiencias en todo el país, en cada provincia y en cada región, avanzando además en la coordinación entre los distintos gremios, incorporando a la lucha por el salario las demandas de los desocupados.
Los trabajadores efectivos y contratados, afiliados y no afiliados, deben unirse en cada estableciemineto, en cada colegio y en cada hospital, en asambleas de base comunes, impulsando comisiones de lucha que permitan el surgimiento de nuevos dirigentes y activistas representativos de las bases.
La cúpula sindical no tiene interés en llevar ninguna lucha seria hasta el final. Hay que imponerles un congreso de delegados de base democrático por gremio y nacional, y exigirles ya mismo un plan de lucha nacional de todos los trabajadores. Por aumento de salario para todos igual a la canasta familiar. Por la universalización de los planes de empleo a todos los desocupados sin contraprestación, con un monto como el exigido por los movimientos de desocupados, en el camino de luchar contra la explotación y la desocupación mediante el reparto de las horas de trabajo entre todas las manos disponibles.