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Internacional

¿Qué hay detrás de la Boda Real?

¿Por qué la boda del príncipe heredero William y Kate Middleton, una ‘plebeya’, se ha transformado en un evento mediático de alcance incluso internacional? ¿Cómo puede ser que una institución tan recalcitrante como la monarquía británica haya cobrado un tono más aceptable?

Alejandra Ríos

28 de abril 2011

¿Qué hay detrás de la Boda Real?

¿Por qué la boda del príncipe heredero William y Kate Middleton, una ‘plebeya’, se ha transformado en un evento mediático de alcance incluso internacional? ¿Cómo puede ser que una institución tan recalcitrante como la monarquía británica haya cobrado un tono más aceptable?

Detrás del impulso mediático –que no ha dejado de informar cada uno de los detalles superfluos de la ceremonia– se esconde una necesidad de la realeza por mejorar su popularidad. Es así como el enlace se ha transformado en una campaña destinada a relanzar la imagen de la familia real que venía desprestigiándose gradualmente en los últimos años. En el período que le siguió a la muerte de Lady Di había empezado a emerger un movimiento antimonárquico, que cuestionaba esta institución y denunciaba el alto costo que su mantenimiento significa para los contribuyentes. Sin embargo, durante los últimos años este movimiento antimonárquico ha ido debilitándose, por eso la boda le ha venido como anillo al dedo a la familia real en busca de mejorar su imagen publicitaria.

¿Reyes con plebeyos?

La reina Elizabeth, que nunca ha gozado de popularidad, aprovecha la boda para hacer la presentación en sociedad de la nueva generación de monarcas. El hecho de que los novios sean jóvenes y ella una ‘plebeya’ ha sido utilizado por los medios como un artilugio que busca emparentar reyes con plebeyos a fin de borrar en el imaginario colectivo las diferencias entre las clases sociales, y, en el mejor de los casos, si dichas diferencias existen, pueden ser superadas, buscando con ello ocultar la división de la sociedad de clases.

De más está decir que Kate Middleton nada tiene de ‘plebeya’, pues proviene de una clase media alta acomodada, que ha estudiado en una de las más prestigiosas universidades inglesas, aunque hasta ahora no se le conoce trabajo alguno. ¿Qué tiene de común Kate con un joven o una joven obrero/a que sufre la explotación de la fábrica? O para el caso, ¿qué tiene en común con los y las miles de jóvenes que si no trabajan no es porque tienen padres con dinero que los bancan sino porque forman el ejército de desempleados? No puede haber nadie más lejos de los y las verdaderos jóvenes plebeyos y obreros que la ‘futura princesa’.

Por otra parte, el casamiento llegó en un buen momento para el gobierno conservador-liberal que busca que la población se olvide de los problemas financieros que enfrentan debido a los recortes draconianos en los servicios públicos. El anuncio fue hecho en un momento en el cual el gobierno anuncia el ajuste del gasto público, el aumento el IVA, el recorte de las jubilaciones y subsidios. Mientras implementa los feroces ataques a los sectores más vulnerables de la sociedad –los que tienen subsidio por incapacidad, madres solteras, familias de bajos ingresos– que son los primeros en sufrir el recorte de los servicios, quieren suavizar el mazazo con un día feriado extra y el fin de semana largo.

Por todos lados vemos un inflamado discurso patriótico, despliegue de banderas del Reino Unido, desfiles militares, ritos solemnes y toda la parafernalia que acompañan a la ceremonia de honor. El festejo ha sido aprovechado para incrementar la presencia de la policía y la seguridad en las calles y servicios de transporte público ante un ‘eventual’ ataque a la realeza luego de que el coche en el que viajaban el príncipe de Gales, Carlos de Inglaterra (padre de William), y su esposa Camila fuera atacado con pintura durante una marcha estudiantil contra los aumentos al arancel universitario.

Una casta parasitaria

La boda trata de ser utilizada para hacer resucitar a una recalcitrante casta de parásitos que viven en un palacio valuado en 1.000 millones de dólares, decorado con candelabros de cristales y muebles revestidos en oro. Para financiar su suntuoso estilo de vida reciben unos 40 millones de libras esterlinas al año (66 millones de dólares) en concepto de ‘Lista Civil’ –un subsidio anual que vota el Parlamento para cubrir algunos de los gastos oficiales de representación y visitas de estado de la monarquía, aparte de los gastos comunes del Estado. A esta suma hay que agregarle los ‘ingresos privados’ de la realeza que llegan a 300 millones de dólares.

Se calcula que los gastos de la boda treparán los 100 millones de libras esterlinas (166 millones de dólares), lo que demuestra la hipocresía del gobierno que a la vez que dice que no puede costear la salud ni la educación, cierra bibliotecas y centros de salud, utiliza parte de los aportes de ‘los contribuyentes’ para costear una boda fastuosa que en el menú incluye canapés de huevos de codorniz y salmón ahumado. A esto debemos agregarle una luna de miel en una villa exclusiva que sale 2.000 libras la noche (3.300 dólares)

Además de un estilo de vida suntuoso, la familia real se caracteriza por una historia de racismo y fascismo cuya opulencia es costeada con el esfuerzo de los trabajadores, que ven recortar sus ya magros servicios sociales. La boda real demuestra con más fuerza lo obsoleto, inútil y reaccionario de esta casta parasitaria que es utilizada por el gobierno y la clase dominante para mantener el estatus quo de explotación y opresión.

por Alejandra Rios, desde Londres

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