En el número pasado habíamos plasmado cuáles eran las pretensiones salariales de los trabajadores del subte. Pedíamos incluir al básico las sumas fijas que veníamos recibiendo más un 35% de aumento sobre este básico, más el 1% de antigüedad y una cláusula gatillo (salario ajustable al costo de vida); y que la empresa se hiciese cargo del pago del impuesto a las ganancias.
Finalmente, la UTA firmó el día 17/03 un acuerdo que fue expresado en las reuniones del ministerio como una imposición por los funcionarios del Gobierno. Este acuerdo fija por sobre lo que cobrábamos sólo un 16% más sobre el básico, con una duración del acuerdo por un año, obviando el resto de los reclamos.
Esto significa que sobre el salario del mes de febrero el aumento será de entre 140 y 360 pesos según la categoría. Con esto hemos quedado muy lejos de garantizarle a todas la categorías un básico igual o superior al valor de la canasta familiar que ronda hoy los 2000 pesos.

Pero, ¿cómo llegamos a esto?

Después de varias reuniones de desgaste en el ministerio de trabajo, y con el límite fijado para esta discusión por el propio funcionario de gobierno para el día 23/03, el miércoles 15 pasado después de las reuniones que tuvo la empresa con la Secretaría de Transporte (que es la que paga los subsidios), nos comunicaron que el máximo aumento que nos darían sería del 16%.
Tras ello, nos expresó que el Gobierno estaba decidido a regimentar todo aumento alrededor de esta cifras, y que el acuerdo lo debíamos firmar sí o sí ese día sino el gobierno nos iba soltar la mano, y “ya saben -graficó- lo que esto significa”.
Nuestra respuesta fue que nos negábamos a firmar sin consultar a la asamblea. Lo cual produjo mucha irritación y desacuerdos por parte del funcionario ministerial. Luego de varias horas de espera en el ministerio, conseguimos un cuarto intermedio hasta el jueves 16.
Ese mismo día, realizamos varias asambleas en distintos sectores. Pero cometimos un error que fue el aceptar los tiempos impuestos por el gobierno. Por causa de esto no pudimos llegar a consultar a todos los sectores, entre ellos a los compañeros de TAYM, Neoservice, CIR y Metropolitana y algunos sectores de Metrovías.
Así y todo logramos que las asambleas para consultar sobre la propuesta del gobierno se realizaran durante todo el día. Pero, los informes sobre las votaciones y mandatos mostraron un panorama incompleto y confuso en número y definición.
Estos informes según los delegados de los respectivos sectores fueron: a favor de aceptar la propuesta líneas A y E - Premetro, y talleres Rancagua y Polvorines; y por rechazar las líneas B y D y taller Caning - Constitución, quedando la línea C con un mandato dividido.
-Ante esta realidad imprecisa, los delegados de la línea B, Taller Rancagua y CAF (empresa de mantenimiento de trenes) propusimos convocar una Asamblea General para definir el criterio, realizando un paro para garantizar la participación de la amplia mayoría de los compañeros. Nos parece que esta es la mejor forma de debatir y tomar decisiones de tamaña importancia, y demostrar al mismo tiempo la fuerza y unidad de los trabajadores.
Por todo esto rechazamos el acuerdo y repudiamos la actitud burocrática de la UTA. Y denunciamos las presiones del Gobierno de Kirchner hacia los trabajadores del subte, la represión de los trabajadores petroleros en Las Heras y el perpetuo intento de contener o aplastar todo reclamo de la clase obrera.