El flamante ministro Juan Manzur, antes de ser vicegobernador de Tucumán fue ministro de Salud de esa provincia. También fue viceministro de Salud de la provincia de San Luis y secretario de Salud Pública del partido bonaerense de La Matanza. Es promocionado por el gobierno como sanitarista capacitado por haber conseguido el “descenso de los índices de muerte infantil de 25 por mil en el 2003 a 12,9 por mil en el 2007”.

Este logro fue alcanzado con una metodología que demuestra su fidelidad al gobierno kirchnerista: la adulteración de los índices, al mejor estilo del IndeK de Moreno. Como denuncia el diario Crítica en una investigación del 2008, cientos de bebés nacidos vivos, “hijos de la pobreza extrema”, con peso inferior a los 500 gramos fueron registrados como “defunciones fetales” o “egresos por abortos” para que no formen parte de la estadística de muertes infantiles.

Esta metodología comenzó a implementarse en el 2004 por una orden de los jefes de guardia que incluyó la indicación de “no practicarle ninguna asistencia médica”... a los bebes “Se los deposita sobre una bandeja de instrumental hasta que mueren” como describen en forma escalofriante profesionales del sector en la provincia, que fueron removidos de sus cargos por realizar la denuncia.