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Editorial

Opinan delegados de ADOSAC Río Gallegos

Santa Cruz: “Las condiciones son buenas para plantear un partido de la clase trabajadora”

En estas páginas, transcribimos parte de una extensa conversación que mantuvimos en Río Gallegos, para La Verdad Obrera, con los delegados de Adosac Antonio Chacón y Federico Gerli junto a la compañera docente y periodista Patricia Damico entre otros compañeros y compañeras de Santa Cruz.

Manolo Romano

17 de mayo 2007

¿Cómo evalúan el proceso de Santa Cruz, desde el punto de vista del avance en la organización y la conciencia de los trabajadores?

Antonio Chacón: Hay que destacar que ya tuvimos logros inéditos en estos 17 años; que el gobierno llame a una mesa de negociación sin que levantemos las medidas de lucha es inédito; haber rechazado una conciliación obligatoria en asambleas masivas y por unanimidad es inédito; y, claro, la caída de Sancho con la movilización, aunque Kirchner haya apurado también el recambio, tiramos un gobernador producto de la lucha. Cada uno de estos logros ha fortalecido la organización, y aunque el punto de partida está en el reclamo salarial se cuestiona todo un sistema de representación política y los compañeros entienden que la lucha fue más allá de lo salarial. Este avance toma relevancia si recordamos que partimos con un gremio docente que estaba adormecido, en el que plantearse salir al paro para terminar con el salario en negro era un cambio casi revolucionario, directamente impensado.

Federico Gerli: Un gran avance fue la generalización del reclamo, que llevó a la formación de la Mesa de Unidad Sindical con los municipales del SOEM, ATE y tiene que ver con que el 60% de los asalariados de Santa Cruz son estatales y que el deterioro del salarios afecta a todos por igual, pero también con la fuerza de las asambleas. Por la forma organizativa de Adosac, basado en asambleas de todas las filiales de la provincia, los docentes fuimos los que tomamos la iniciativa. Las asambleas le dieron la impronta al conflicto, la conducción real, sorprendiendo a la dirigencia. Empezamos en febrero con una asamblea de sólo 70 compañeros en Gallegos y en unas semanas escaló a asambleas de 500, 600, 700. Y con este proceso se ha formado un cuerpo de delegados de más de 80 compañeros que son referentes por escuela y con asambleas por escuela, donde los activistas forman especies de comisiones internas que son claves para las actividades de la huelga. Unos se ocupan del fondo de huelga, otros las tareas de información, es decir desde abajo hacia arriba se ha fortalecido la organización.

Patricia Damico: Yo creo que hay un avance en la conciencia de los docentes pero también, como se socializó el conflicto, excede lo gremial y hay mayor conciencia en la población santacruceña. Nosotros vimos en un primer momento que las asambleas discutían como mantener la huelga. En una segunda etapa se empezó a discutir de política porque se entendió que no solamente el fondo de huelga era crucial, sino la discusión para ganar al pueblo. La discusión política de los docentes se extendió como influencia a todas las capas de la sociedad. El establecimiento de las carpas frente a Casa de Gobierno fue un salto para socializar la lucha que empezó a plantear no solo lo salarial sino el cansancio con los mismos que gobiernan la provincia desde los años 90.

¿Qué importancia tiene la entrada en escena de los trabajadores municipales junto a la lucha docente?

A. Ch.: Es crucial porque no solamente incorpora un sector importante numéricamente sino que entra el elemento más genuino del proletariado de Gallegos. Porque en el gremio docente, hay que ser claros, una mayoría se siente profesional, de clase media, aunque cada vez más se ven parte de la clase trabajadora. Con los municipales, los obreros de los corralones, entra un sector mas obrero y pauperizado, que para sobrevivir se ven obligados a hacer cantidad de horas extras. Y son los que protagonizan con la movida de las máquinas viales el enfrentamiento con la policía el 9 de mayo y la represión que desencadena la marcha y el paro conjunto que obliga a renunciar a Sancho. Y acá hay una percepción distorsionada a nivel nacional que dice que los municipales están fogoneados por el intendente. Pero muchos municipales ya antes que su gremio participe activamente se sumaban por su cuenta en las marchas de docentes.

F.G.: Ahora desde el cuerpo de delegados de Adosac llamamos a una reunión con delegados de base y activistas de los otros sectores. Se realizó la primera con más de 40 compañeros docentes y municipales, que resolvimos que se convoque aun plenario de base de la Mesa Sindical y que Adosac le ponga fecha y hora, aunque las dirigencia plantean desconfianza de este tipo de reuniones. Si esto avanzara se extendería la democracia obrera, se estaría dando un salto en la conciencia mediante la formación de organismos de unidad de clase. Un gran desafío sería sumar partir de ahí a los trabajadores de los grandes medios de producción que en Santa Cruz están en el petróleo o, por la obra pública, los trabajadores de la construcción que hoy obstaculizan las direcciones burocráticas. Y también a los estudiantes que, en el caso de los secundarios, están viviendo un proceso interesante de politización influenciados por los docentes.

Les quiero plantear un interrogante político sobre la consigna de “que se vayan todos”, porque en el 2001, aunque partía de enfrentar al gobierno de De la Rúa, esto ponía en el blanco a todo el arco político. Surge una contradicción de este “que se vayan todos” en Santa Cruz cuando el intendente de la UCR, Héctor Roquel, habla en la tribuna de la gran marcha del 9 de mayo, el día de la represión a los municipales, anterior a la caída de Sancho. ¿Cómo es esta relación con la oposición patronal?

A.Ch.: Sobre ese hecho puntual, Adosac había votado que hablaban sólo los representantes de la Mesa de Unidad Sindical, pero un viejo dirigente de Adosac le dio la palabra y por eso este compañero no realizó la actividad de locutor en los actos siguientes. Pero más allá de eso, este conflicto no fue fogoneado por la intendencia que es la operación de prensa del gobierno nacional, de un estado que solo puede explicar el conflicto diciendo que lo impulsan los radicales y la izquierda.

P.D.: El gobierno es tan miope que no identifica quién organiza la lucha en Río Gallegos. Es como lo que le pasó a Alicia Kirchner, ya no miden el timing de la gente. El contacto de Kirchner cuando era gobernador era cuando inauguraba obras y los que le debían algo se le acercaban y lo saludaban, pero han perdido el pulso de lo que les pasa a la gente, con la demagogia creen que mantienen todo igual que antes. Es Alicia en el país de las maravillas...

A.Ch.: La explicación hay que buscarla en la bronca de años de muchos obreros con Kirchner porque tiene antecedentes represivos de larga data, desde el 91 cuando mandó a reprimir a los municipales al Corralón, cuando después le puso la “guardia pretoriana” de sus patotas a los mineros de Río Turbio frente a Casa de gobierno, o a los caceroleros. Hay un doble discurso del presidente que se agotó.

De todas maneras, todos vimos en ese acto a un sector de los trabajadores a aplaudir a Roquel, sobre municipales, lo cual no nos debe extrañar porque no se ha conquistado la independencia política de clase. Ahí hay algo interesante y es que no necesariamente el carácter sociológico de clase, el caso de los municipales como ustedes señalan, coincide con la conciencia de clase. Una vez a Víctor De Gennaro le plantearon en un congreso de la CTA que, ya que ponían como modelo a Lula y el PT, (esto fue antes que asumiera el gobierno en Brasil) por qué entonces no lanzaba un partido de trabajadores. Entonces, De Gennaro contestó, que no se puede hacer un partido de trabajadores basado en las maestras, que es donde tiene peso la CTA. Cierto. Ahora bien, de la experiencia queda claro el importante rol de los docentes como propagandistas, su capacidad para llegar con sus ideas a todas las capas sociales; de esa influencia a la que se refería Patricia. Esto lo digo porque, con la autoridad ganada por los docentes en la lucha sobre el resto de los trabajadores, bien podrían convertirse en los propagandistas de la idea de una alternativa política, de un partido de la clase trabajadora, no de fundarlo solo con docentes, pero transmitir y explicar la idea de la independencia política de clase al resto. ¿Cómo ven esto?

F.G.: Creo que también hay que tener en cuenta los cambios en la composición del sector docente. En los últimos años, la familia obrera la salida es que los hijos se ocupen en el estado ya sea como empleado públicos, incluso como policías, y una de las salidas laborales fundamentales en el período de crisis ha sido la docencia. Por ello es tan transversal el sector docente en la sociedad santacruceña, en todas las familias hay un docente o un trabajador de la administración pública. Es distinto a 20 o 30 años atrás, cuando los que estudiaban para docentes eran hijos de comerciantes o familias mas de clase media, y hoy los hijos de los proletarios, digamos, van de docentes porque no había fábricas que absorban esa mano de obra. Pasa en todo el país, sobre todo en el interior, no sólo en Santa Cruz.

P.D.: Otro elemento es la incorporación de muchos docentes que vienen “del norte”, como decimos acá, que provienen de universidades donde hay una discusión política más rica, donde existe una sistemática militancia, que vienen con planteos políticos propios, vienen de Córdoba, de Salta, de Jujuy, de lugares donde la lucha de clases ha estado más presente.

Entonces, a partir que hay más militancia de izquierda en los docentes, que en el terreno sindical es el que se organiza más democráticamente, ¿hay posibilidades que desde el sector más consciente los trabajadores de Adosac surja la idea hacia el conjunto de los trabajadores de construir un partido de trabajadores y que así como dan el ejemplo de cómo mejor hay que luchar, tambi˜én difundan la idea de cómo mejor organizarce políticamente...?

A.Ch.: Eso está claro. Un grupo amplio de compañeros que nos ubicamos en la izquierda, provenimos de distintas corrientes y tenemos una percepción clasista de la realidad, tenemos el compromiso de que próximos conflictos no nos pueden agarrar tan desperdigados, tan desarticulados, sino confluir detrás de una alternativa que en principio debe ser una organización política con inserción sindical, digamos. Estos dos meses han sido importantes, de tanto fervor en la lucha, han hecho dar pasos adelante en la conciencia, pero no son el punto de llegada sino el punto de partida para cualquier política alternativa. Entonces que todo este activismo y militancia que se da en toda la provincia y especialmente en Río Gallegos debe organizarce, buscar acuerdos que deben estar en una perspectiva clasista, antiburocrática y que en algún momento pueda ser la base de la construcción de un partido de clase.

F.G.: No sé si lo notaste pero se ha llegado a un nivel de conciencia que una de las consignas más cantadas es “unidad de los trabajadores y al que no le gusta se jode”, o “el que no salta es patronal”. Se está reflejando en lo subjetivo la cuestión esta de que el 80% de los habitantes somos asalariados y somos trabajadores; y esa situación se está reflejando en la conciencia. Creo que es cuestión de trabajarlo, de plantear en la base cómo generar una alternativa que represente realmente los intereses de ese sector mayoritario de la población que somos los trabajadores. Sobre todo en una provincia donde esa contradicción se vive cada día más claramente: un pequeño grupo son dueños de todo, que se apropia de la riqueza, que está manejada desde empresas que tienen los recursos naturales, la obra pública, hasta la industria turística, todo en manos de un sector minoritario de la población. Se empieza a ver que una minoría se enriquece tremendamente y la mayoría padece salarios que no alcanzan. Eso está movilizando la conciencia y el conflicto docente ha servido para cristalizar eso y pone sobre la mesa esa discusión política de fondo.

A.Ch.: Acá el desafío más grande es que o la provincia la conducen los grandes empresarios petroleros, de las pesqueras y mineras, junto a los testaferros del presidente, la patota del Rudy Ulloa y el Frente para la Victoria y sus socios, o la conducen los trabajadores. Ese es el desafío que hay que asumir que puede generar mucha discusión. Acá la oposición al Frente para la Victoria, llámese UCR o Arnold, quiere discutir sólo un porcentaje de las riquezas de la provincia, como se reparte el porcentaje de las regalías del estado, pero no discutir los negocios de las pesqueras o la privatización de los hidrocarburos. Un partido de trabajadores tendría que tomar estos problemas. Por ejemplo, la gente que vive en las áreas mineras se plantea los problemas de la contaminación o los cuestionamientos que surgen ahora a las adjudicaciones de nuevas áreas de exploración petrolera para el negocio millonario de un par de empresas, el tema de la pesca, todo eso la comunidad se lo plantea, y todos esos reclamos aislados hay que unificarlos en un proyecto político, unificarlos en un mismo puño que golpee con un objetivo clasista contra el sistema que está corrompido y que está oprimiendo. La clave de esto es que si no se logra en este momento de lucha dar pasos a una organización de este tipo estamos condenados a vivir así 17 años más hasta que volvamos a salir por un salario.

¿Cómo ven a la izquierda en la provincia y que rol le cabe en esta tarea?

P.D.: Yo creo que lo que nosotros necesitamos ahora, después de haber pasado por esta lucha, es ponernos en contacto con compañeros de experiencia. Hoy en la provincia no existe el antecedente de la conformación de un partido de tales características, sí de asociaciones programáticas y pre-electorales, pero un verdadero partido que se plantee un programa así no hay antecedente. Muchos venimos de militancia y experiencias en partidos de izquierda. Yo quiero destacar a los compañeros que vinieron a ponerse a disposición de nuestra lucha, y en particular a los que estamos pensando hacia el futuro, en qué hacer después de esto, porque hay mucha gente que cuando termine la huelga se va a volver a la casa pero muchos otros discutirán que hacer a partir de acá. Entonces hay que recabar experiencia porque esa discusión ahora es nuestra responsabilidad. Dijo un compañero de Zanon que estuvo acá que no nos queda otra a los luchadores que tomar esa responsabilidad, y cuando se han convertido en los mejores luchadores tienen que convertirse en los mejores políticos para reproducir estas experiencias de lucha.

F.G.: Yo creo que hoy están dadas las condiciones para que un trabajo de estructurar una fuerza política con identidad clasista y con propuestas políticas claras opositoras a las patronales, tenga buenos frutos, con el objetivo de sacarle el control a las patronales que es la clase que lo tiene. Y la izquierda en este sentido, creo que tiene juntar a todos los que tengan una concepción clasista y colaborar con esta construcción que no va a tener el nombre de los partidos que hoy existen, sino que va a ser el fruto de una construcción en la base obrera, y el rol fundamental que tienen todas las organizaciones de izquierda constituidas es colaborar en eso, así como los militantes que no estamos hoy enrolados en ningún partido, que aportemos en cada sector donde haya trabajadores en abrir esta discusión. Por ejemplo, en una reunión de docentes se dijo “¿qué hacemos en octubre?. Bueno, los docentes hagamos una lista y votamos a docentes”. Pongo este ejemplo para decir que ya está abierto el debate político, ya se entiende que la lucha gremial depende de decisiones políticas que se toman desde el Estado, y que si eso no se cambia estaremos eternamente en conflicto gremial.

P.D.: Y no es una teorización, la gente ha visto que estos diputados no responden al pueblo, están desacreditados, las condiciones son buenas para plantear el problema.

A.Ch.: La idea del partido de la clase, el partido de trabajadores está subyacente en un sector importante, no de la mayoría pero sí muy importante que es el punto de partida para trabajar esta idea, para militarla, para aunar con ese objetivo las fuerzas de izquierda y dirigirnos a los trabajadores.

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