SIDERAR, la mayor acería del pais, del grupo TECHINT, que acumuló 6.800 millones de dólares de reserva, también acumuló diez años de desinversión, falta de mantenimiento sobre viejas estructuras. Es moneda corriente, los riesgos que en cualquier momento se convierten en una bomba de tiempo. Los incidentes menores hasta hace un tiempo, pasaron a ser verdaderos desastres. El pasado jueves el derrumbe de una cinta transportadora de gran porte que lleva carbón a coquería, podrida en sus estructuras, pudo haber sido una masacre de no correr la “suerte” que tuvieron muchos trabajadores de resguardarse. Dos pibes alcanzaron a saltar y a uno no lo podían encontrar hasta que lo vieron en un rincón envuelto de una nube negra de carbón desesperado por el pánico. La noticia, por su gravedad, se hizo eco en el diario local. 
 
El lunes a poco de ocurrido el hecho, un tubo de alimentación de gas, de 2,70 metros de diámetro, a 6 metros de altura, cedió en su estructura y quedo convertido en chatarra y hierros retorcidos. Podría haberse convertido en una tragedia, ya que está cercano a un gasoducto que tiene el gas de consumo comparable a todo San Nicolás; de haber explotado algunas de esas cañerías hubiera sido una catástrofe.
 
Es una señal de alarma para el resto de los sectores que componen la planta, y donde trabajan más de 5.000 trabajadores, y no son ajenos a la política “productivista”, de sostener inversiones sólo en lo que representa garantizar mayor volumen de producción, desechando todo lo tendiente a seguridad. Las jornadas extenuantes de trabajo, para percibir miserables salarios, acrecientan los accidentes graves, en muchos caso con muertes.
Los empresarios en su sed de ganancias, llevan a estos verdaderos desastres, la familia Rocca, no es ajena, y lleva ya 18 muertes desde la privatización. Los trabajadores somos los que lo padecemos a diario esta situación, podemos darle solución votando en asambleas comisiones independientes de seguridad e higiene con veto para parar las tareas peligrosas, en el camino de la lucha por la reestatización de la otrora planta de Somisa y su puesta en producción bajo control obrero.