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Derechos Humanos

CASO CORZO

También con K… se protege al gatillo fácil

22 de febrero 2007

 El 28 de junio de 2003 Rodrigo Corzo, de 27 años, fue asesinado por el Comando de Patrullas de Hurlingham mientras se dirigía en el auto de la familia a la casa de su novia. El oficial inspector Cristian Alfredo Solana y el sargento Ariel Horacio Núñez (cómplice que en el juicio apenas aparece como simple testigo y que está en actividad) argumentaron que Rodrigo les resultó “sospechoso”. Al cruzar el puente Santa Rosa del Acceso Oeste, el oficial disparó dos veces por la ventanilla. Una de las balas atravesó el baúl y los dos asientos del auto y se incrustó en la columna vertebral de Rodrigo, que murió en el acto. Como en todo caso de gatillo fácil, al fusilamiento le siguieron las maniobras de encubrimiento propias de una institución formada para asesinar: testimonios armados, armas plantadas, etc. Cínicamente Núñez dijo que al producirse los disparos no estaba mirando, porque “como sufre de vértigo, al subir el puente de la autopista tomó coraje, cerró los ojos y aceleró”. Incluso, el superior del oficial Solanas lo describió por escrito, ya detenido, como un “ejemplo para la oficialidad”, explicando que es un “formador de formadores”, ya que se dedicaba, en el marco de los cursos de capacitación de la reforma de Arslanian, a entrenar otros oficiales en el manejo de situaciones de identificación de personas en la vía pública. Más allá del encubrimiento y la complicidad, aquí también tenemos una muestra palmaria del carácter de la política oficial de reformas sobre la maldita bonaerense.
Como una verdadera provocación, el juicio transcurrió con un desmesurado operativo policial. El colmo es que no sólo el asesino tendrá permiso de no asistir a la lectura de la sentencia sino que este acto se desarrollará en la Unidad Penal 39 de Ituzaingó, una forma nada sutil de acallar la voz de protesta de los familiares y amigos de Rodrigo.
Rodrigo Corzo, como Hugo Krince y más de 600 jóvenes, son víctimas del gatillo fácil de la policía de este gobierno. Queda claro que las reformas cosméticas sólo tienen por objetivo preservar y fortalecer a una institución asesina del pueblo trabajador. Para acabar con la represión y la impunidad debemos avanzar en la unidad y la organización de todas las víctimas de la represión, las organizaciones de trabajadores y populares en el camino de la disolución de esta verdadera banda de asesinos que es la policía.
 

Prensa

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