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Comunicados de prensa

Procesaron a Carlos Pedro Blaquier y Alberto Lemos por sus crímenes contra la clase obrera

Un paso adelante para fortalecer la lucha por cárcel a Blaquier

El procesamiento del dueño de Ledesma y del ex administrador del Ingenio por "privación ilegítima de la libertad, torturas, homicidio y violación de domicilio" se logró por la movilización popular durante más de dos décadas. Debemos ir por más.

PTS Jujuy

17 de noviembre 2012

Un paso adelante para fortalecer la lucha por cárcel a Blaquier

Juicio y castigo para todos los empresarios genocidas

Es nuestra tarea luchar por hacer extensivo el juicio y castigo por los crímenes de la Dictadura al resto de los viejos miembros del directorio de Ledesma S.A.A.I., que desde los ’70 hasta a la actualidad ocupan cargos importantes en la empresa, como Nelly Arrieta de Blaquier y Federico Nicholson, quien hace más de un lustro es vicepresidente de la Unión Industrial Argentina y viaja con Cristina Fernández de Kirchner a todas las instancias de negocios en el exterior. La contundente defensa incondicional de la UIA a Carlos Pedro Blaquier se dio porque muchos de los empresarios que la integran tienen las manos manchadas con sangre obrera y no quieren saber nada con que les llegue la hora de sentarse en el banquillo de acusados. Por eso nuestra labor debe ser utilizar el procesamiento de Blaquier y la lucha por cárcel para este genocida como un puntapié para continuar exigiendo con todas nuestras fuerzas que todos los patrones que “fueron a tocar la puerta de los cuarteles militares en el ’76” sean juzgados y vayan presos por ser los autores intelectuales del genocidio contra la clase obrera. Esto puede venir sólo a partir de nuestra movilización unitaria e independiente, porque sabemos que el plan del kirchnerismo es “como mucho” juzgar a algunos genocidas emblemáticos para luego establecer un punto final, dejando en libertad a miles de represores activos para que colaboren en su plan de defensa de la propiedad privada empresaria y en disciplinar a la clase obrera.

La relación de Blaquier con los K, otro rasgo del carácter patronal del gobierno

La denuncia contra el gobierno kirchnerista por su vínculo con el directorio de Ledesma S.A.A.I. también debe estar presente, porque aunque éste se diga promotor de los “derechos humanos”, sabemos que colabora con los Blaquier brindándoles no sólo concesiones en el terreno económico, como exenciones impositivas por 10 años para la producción de biocombustibles, una extensión del cupo de producción de biocombustibles de 49 mil litros cúbicos a 51 mil litros cúbicos, y créditos blandos del Banco Nación por $60 millones, sino también más de 70 efectivos de la Gendarmería que custodian sus instalaciones. Los mismos que, junto a una agencia de inteligencia yanqui, la seguridad de la empresa y la Brigada de Investigaciones de la policía provincial se tomaron la tarea rigurosa de espiar a militantes de organismos de DDHH, de los sindicatos y de la izquierda durante la Marcha del Apagón del 2005. Tal como lo aseveró un informe de inteligencia de la Marcha del Apagón del 2005 que se encontró junto a legajos de obreros desaparecidos en un allanamiento a las oficinas de Ledesma S.A.A.I. del Barrio Los Perales de San Salvador de Jujuy. Una prueba que devela el temprano ejercicio de un plan de espionaje similar al que lleva adelante Gendarmería sobre activistas, delegados, y dirigentes sindicales-políticos de la izquierda, conocido luego como Proyecto X. Es decir que la relación del directorio de Ledesma S.A.A.I. con las fuerzas represivas del Estado, como la Gendarmería Nacional y la policía provincial, no ha cesado de aquel tiempo a esta parte. Si en el pasado habían puesto a disposición de los militares “vehículos y combustibles” para facilitarles el traslado de los obreros y estudiantes a los centros clandestinos de detención -como Guerrero-, hoy podemos decir sin temor a equivocarnos que un destacamento de Gendarmería -no reconocido públicamente- y una seccional de la policía se encuentran emplazados en inmuebles cedidos por Ledesma S.A.A.I., que la empresa paga adicionales para que patrullen los alrededores del predio industrial y que continúan aportando combustibles a los vehículos de estas fuerzas represivas.

Los azucareros debemos exigir que Blaquier pague por sus crímenes

Los azucareros, que tardamos décadas en empezar a recuperarnos de aquella derrota física que significaron las “Noches de los Apagones”, en las que se detuvo y desapareció a decenas de compañeros dirigentes, delegados y activistas obrero-estudiantiles, hoy somos protagonistas de un basto y extendido proceso abierto de recomposición y reorganización sindical, debemos darle un lugar de jerarquía a la lucha por la cárcel común y perpetua para al genocida Blaquier. Ya que el empresario que ordenó la desaparición de delegados y activistas obreros en la década del ’70, hoy ya longevo, es el mismo que pidió a sus jueces y su policía que repriman a sangre y fuego a las familias obreras sin techo asentadas en las 14 hectáreas que forman El Triángulo, dejando el saldo de tres jóvenes trabajadores asesinados, los compañeros Félix, Ariel y Juan.

No podemos dejar sólo en manos de la Justicia patronal, que se ha cansado de fallar a favor de las patronales o de ser benévola con su clase social, el esclarecimiento de los crímenes perpetrados contra la clase obrera en la Dictadura. Los $11 millones y $5,5 millones que valen respectivamente las fianzas de Blaquier y Lemos, no se equiparan al valor de la vida de los 34 compañeros desaparecidos durante la Dictadura en Departamento Ledesma, como tampoco las 90 hectáreas que se le arrancaron a la patronal con la lucha en El Triángulo nos deben llevar a olvidar el reclamo de justicia por los tres compañeros caídos victimas de la represión policial.

La clase obrera azucarera tiene que ser la punta de lanza de la lucha por juicio y castigo a este empresario golpista y establecer la más amplia unidad con las organizaciones de DDHH, sindicales, estudiantiles y de la izquierda que emprenden la misma pelea desde hace décadas. Esta es una tarea de primer orden para las directivas sindicales azucareras, que comenzado por el SOEAIL deben ponerse a la cabeza de la lucha, organizando a las bases, hasta conquistar la cárcel del gran patrón Blaquier y todo su directorio. No podemos quedar al margen de esta batalla por justicia para compañeros que dieron su vida por la causa obrera, porque somos nosotros quienes más padecemos la continuidad de esta dictadura patronal que ejercen los Blaquier sobre nuestras vidas, para evitar a través de la persecución sistemática nuestra organización desde las bases. Con estos métodos represivos Blaquier se garantiza una alta productividad del trabajo, es decir la superexplotación del obrero, y ganancias declaradas que rondan por los $250 millones anuales, que le permiten vivir en lujosas mansiones y contar con una flota de cinco yates anclados en Punta del Este, mientras los que dejamos la vida en la fábrica y el campo no contamos siquiera con una vivienda y cobramos salarios de miseria que están por debajo del costo de la canasta familiar -hoy de $7.000-.

Basta de dictadura patronal, plenos derechos para la organización obrera

En la dictadura patronal que se vive en la fábrica y el campo, cuando nos molesta ser constantemente seguidos por las cámaras de seguridad, hostigados por los supervisores lacayos de Blaquier, cuando la empresa impugna nuestras legítimas y soberanas elecciones de delegados, cuando se nos marca y persigue por haber participado en las huelgas, o cuando se nos presiona para que firmemos petitorios y marchemos por la inocencia del directorio de Ledesma S.A.A.I., se puede seguir viendo la impunidad que conserva en democracia este empresario genocida. Esta continuidad en los métodos antisindicales de esta patronal nos debe llevar a poner en el centro de los reclamos la lucha “contra la persecución patronal y por los derechos a la organización obrera”, junto a la reivindicación popular de “vivienda para todos, en base a la expropiación de la gran propiedad terrateniente” y a las demandas que ya levanta el sector como “efectividad, categorización, no a la tercerización, el aumento salarial ajustado según la inflación, el fin de la ley agraria de la dictadura, los turnos rotativos y la polifuncionalidad”. Más la denuncia y exigencia “basta de trabajo en negro, y pase a planta permanente” que levantan los sectores más explotados de la clase obrera como los municipales y porteras y a las consignas como “el cese del impuesto al salario” que levanta el paro nacional que convoca la CTA y la CGT para el 20 de Noviembre, debe ser el programa que tenemos que levantar los luchadores clasistas en los piquetes, junto a la exigencia a las direcciones sindicales para que convoquen a un plenario de delegados estatales -nacionales y provinciales-, de servicios y azucareros, para resolver desde las bases un plan de lucha. Esta huelga es una buena oportunidad para empezar a demostrarle a patronales como la de Blaquier y al gobierno que las fuerzas de la clase obrera se están recuperando de aquella derrota histórica que significó el golpe militar, que esta vez nos estamos preparando para vencer, imponiéndole con la lucha la voluntad de los explotados, para así sepultar su sistema de explotación y miseria.


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