Desde el PTS hemos realizado una intensa campaña militante en el gremio de la alimentación, enfrentando al siniestro burócrata Daer. El PTS participa junto a las y los compañeros de La Agrupación Bordó contraponiendo al método transero y corrupto de Daer y su pandilla, el método de la militancia obrera. Fueron cientos de trabajadoras y trabajadores los que se unieron a la lista clasista y antiburocrática. Aquella participación obrera y militante en la campaña constituye un enorme paso. No hay fraude posible que pueda parar la llama encendida de la organización conciente que las trabajadoras y trabajadores conquistaron con ésta, su lista militante. La campaña llegó a más de cien fábricas, donde se transmitió el espíritu de lucha y reclamo que comenzó a gestarse en Kraft. De ahí el temor de patrones y burócratas, que con aprietes y amedrentamiento quisieron parar el mensaje antipatronal de La Bordó. La sola mención a Kraft y su lucha es un fantasma que asusta a patrones, burócratas, jueces y funcionarios que se congenian y aprestan al fraude o lo dejan correr. ¡Ingenuos!: La extensión de los clasistas en la alimentación ya es una realidad que el intento de fraude no podrá detener.

El reclamo y las consignas que promovemos junto a compañeros clasistas surgen de la propia experiencia de los trabajadores. El precedente a la histórica lucha de Kraft fue en 2001, cuando la Comisión Interna de Pepsico Snacks encabezó la pelea contra el despido de compañeras contratadas lo que provocó el despido de Catalina Balaguer, comenzando un camino que llevó a la reinstalación de la misma Caty. En Stani se reorganizó un aguerrido activismo combativo y antiburocrático que se reorganizó luego de la traición de sus dirigentes. Finalmente, en 2009 los trabajadores de Kraft dieron una lucha ejemplar, donde se consolidaron los sectores clasistas del gremio de la alimentación. Aquella lucha, de acción directa permanente y apoyo masivo de la población, promovió una avanzada de trabajadores con conciencia de clase, intransigente frente a las actas engañosas y las trampas patronales que dejaban decenas de despidos. De la experiencia de más de una década de luchas surge la Agrupación Bordó clasista. La Bordó está encabezada justamente por compañeros de aquellas fábricas emblemáticas: Kraft, Pepsico, Stani y Bonafide, entre otras. La Bordó es la lista que peleó en 2010 y 2011 para romper el techo miserable de los aumentos que se negociaban históricamente. Aquella conquista salarial fue en simultáneo con la lucha ejemplar de Arcor en Córdoba y sirvió de palanca para que el conjunto de los trabajadores del gremio también pudiesen romper el techo miserable al que los tenían acostumbrados Daer y las patronales. Pero no se quedaron sólo en la reivindicación salarial. La Bordó se nutre de nuevos valores de solidaridad de clase que van generando planteos mucho más profundos: en un gremio con mayoría de mujeres trabajadoras, las compañeras, con el mérito de ser vanguardia, dieron pelea contra la doble opresión a la que son sometidas por parte de la patronal y el sistema. Muy distinto al desprecio de los muchachotes de Daer cuyo pregonar machista se congracia con el mismo desprecio patronal hacia la mujer. La pelea por la unidad de las filas obreras es una parte esencial de su programa y la militancia de La Bordó lucha contra los despidos y los contratos basura. Combatimos la naturalizaron de la división entre los trabajadores. Se dio pelea a la nefasta costumbre que ha generado Daer la de mirar para otro lado cuando al “pibe nuevo”, ese que se deslomaba, le vence el contrato y se lo despide.

La Agrupación Bordó es parte de un proceso más amplio, un pilar del sindicalismo de base. Aquel que se empezó a gestar en aguerridas luchas que trabajadores de los más variados sectores del transporte y la industria vienen dando a lo largo y ancho del país. El PTS promueve y apuesta a la coordinación y unidad de estos sectores. Y un reagrupamiento que se planta como alternativa a la burocracia. En momentos de división de la CGT y crisis en la filas de los burócratas, nuestro mensaje clasista y combativo cobra mayor magnitud. La campaña de La Bordó se alzó como tribuna de todos aquellos que dejan la vida en el trabajo pero no tiene voz en sus sindicatos. ¡Desde las bases! ¡Fuera la burocracia millonaria!

El PTS, que cuenta con centenares de militantes y delegados en el nuevo sindicalismo de base, pelea por un curso de independencia de clase, un sindicalismo de izquierda y opuesto al gobierno kirchnerista. Dialogamos y dejamos al desnudo la complicidad del gobierno con los burócratas sindicales. Somos oposición a las cúpulas sindicales en los gremios donde trabajamos, pero aquella definición opositora se supera y transforma en el terreno nacional: somos una alternativa independiente a cualquier variante patronal de la burocracia, ya sean los moyanistas o los viejos gordos menemistas
Las y los compañeros de La Bordó no están solos. Una consigna latirá mañana más allá del gremio. El estudiante que le puso el pecho a la campaña, el trabajador jabonero que se apresta a desafíos similares, el gráfico que viene de pelearla, el ceramista neuquino en su fábrica bajo control obrero, el ajero en Mendoza, el ferroviario que la peleó junto a Mariano, el trabajador de Subte que no concilia, el azucarero que se organiza desde abajo, el trabajador en lucha del INTI, el hermano inmigrante que se abrazó con el “Poke” Hermosilla cuando fue en apoyo de los sin techo en el Indoamericano. Todos gritaremos. ¡Fuera Daer! ¡Ahora y Siempre!