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Internacional

Una huelga general paraliza a Grecia

El 11 de mayo, como resultado de una huelga general de 24 horas, Grecia se vio totalmente paralizada en protesta contra las nuevas medidas de austeridad anunciadas hace unas semanas por el Gobierno y su plan de privatizaciones que busca recaudar hasta 50.000 millones de euros.

Alejandra Ríos

12 de mayo 2011

Una huelga general paraliza a Grecia

El 11 de mayo, como resultado de una huelga general de 24 horas, Grecia se vio totalmente paralizada en protesta contra las nuevas medidas de austeridad anunciadas hace unas semanas por el Gobierno y su plan de privatizaciones que busca recaudar hasta 50.000 millones de euros. La acción, que contó con un alto grado de acatamiento entre los trabajadores que temen futuros despidos y viven con bronca el alto nivel de desempleo, el aumento de los impuestos y el vaciamiento de los servicios públicos, coincidió con una visita oficial de altos representantes e inspectores de la Unión Europea (UE) y fue convocada por las dos principales confederaciones sindicales, la ADEDY y GSEE, del sector público y privado respectivamente.

La huelga, la segunda en lo que va del año, y la número once desde que se anunciaran hace más de un año los primeros ajustes, obligó a cancelar cientos de vuelos debido al paro de los controladores; los barcos y cruceros no zarparon a raíz de que los trabajadores de los puertos se plegaron a la medida. Además, los trabajadores ferroviarios se han sumado y las líneas del transporte público sólo funcionaron en Atenas para permitir la llegada de manifestantes al centro. Colegios cerrados y hospitales con servicios mínimos que atendían solo casos de emergencias, así como el cierre de las guarderías infantiles y de los ministerios y organismos públicos, confirman el alto nivel de acatamiento de la medida.

Como parte de la protesta, decenas de miles de trabajadores, jóvenes y jubilados salieron a las calles de las principales ciudades del país heleno en protesta a la última rueda de recortes y medidas anunciadas para recortar el déficit del gasto público.

En Atenas durante el transcurso de una marcha que reunió a más de 20.000 manifestantes, un grupo de jóvenes fue brutalmente reprimido por la policía antidisturbios que lanzó gases lacrimógenos y granadas en las cercanías del parlamento y del lugar donde el ministro de Economía, George Papaconstantinou, estaba reunido con las comitivas de la UE y el FMI. Como resultado, uno de los jóvenes resultó herido de gravedad y se encuentra hospitalizado en estado delicado. En Salónica, la segunda ciudad de importancia del país, más de 10.000 personas participaron en las protestas y aunque no hubo enfrentamientos, era notoria la fuerte presencia policial.

La visita oficial de la UE y el FMI tenía el propósito de determinar si se le iba a otorgar a Grecia la quinta parte del paquete de rescate de 110.000 millones de euros y si se le ofrecería mejores condiciones de crédito para evitar una reestructuración de la deuda. Por ello, la medida se da en un contexto de creciente descontento con el gobierno ante el temor de que el país tenga que estructurar su deuda, ya que a pesar del paquete de rescate del año pasado, la crisis sigue profundizándose y el país no ha podido reducir su endeudamiento, en el marco de un declive de la actividad económica que ha llevado a un gran aumento del desempleo y el cierre de miles de talleres, fábricas y tiendas pequeñas y medianas.

En el año que va desde el acuerdo con la UE y el FMI, el gobierno socialista encabezado por Georgios Papandreau, ha recortado los salarios y las jubilaciones, los salarios han caído un 20% y el desempleo ha llegado al 15,1%.

La crisis griega es un problema no resuelto que despierta el temor de los trabajadores a futuros despidos, la incertidumbre por el panorama económico y la bronca ante los constantes pedidos de sacrificios a los trabajadores y el pueblo mientras crece el endeudamiento del país.

El alto acatamiento al paro demuestra la disposición a la lucha, pero a su vez indica que es urgente superar la política de los sindicatos, que se limitan a llamar a huelgas de desahogo y no buscan construir una alternativa obrera a la crisis del país. El nuevo paquete de medidas muestra que la receta del gobierno griego, la UE y el FMI no va, es hora de buscar una salida de los trabajadores y el pueblo.

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