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Debates

UN DEBATE SOBRE SANTA CRUZ CON EL PARTIDO OBRERO

Una lamentable claudicación en la lucha por la independencia de clase

Los hechos de Santa Cruz permiten clarificar la lamentable ruptura del PO con la posibilidad de encabezar un frente de la izquierda clasista y socialista en las elecciones, como les propusimos desde el PTS a través de la fórmula Pitrola-Montes. ¿Dónde está el origen de tanta auto-proclamación sectaria?

Manolo Romano

30 de agosto 2007

Los hechos de Santa Cruz permiten clarificar la lamentable ruptura del PO con la posibilidad de encabezar un frente de la izquierda clasista y socialista en las elecciones, como les propusimos desde el PTS a través de la fórmula Pitrola-Montes. ¿Dónde está el origen de tanta auto-proclamación sectaria?

A nuestro entender, la negativa no hay que buscarla tanto en diferencias sustanciales en el programa para la propaganda electoral que podríamos haber “firmado” juntos el PO y el PTS. La diferencia no es tanto con lo que el PO dice, sino fundamentalmente con lo que hace en la lucha de clases.

La soberbia de pretender imponer todas las candidaturas en un frente clasista (es decir, una maniobra para no hacerlo) se dio al mismo tiempo en que en Río Gallegos el Partido Obrero firmó el documento Multisectorial propuesto por el Obispo Romanín a las direcciones de la Mesa de Unidad Sindical. Mientras se muestra sectario con la izquierda clasista y socialista, PO mostró una notable “amplitud” al firmar una declaración pública junto a todas las corporaciones patronales como la Sociedad Rural de Río Gallegos, la Cámara de Comercio, el clero, la intendencia radical, el partido Unidos por Santa Cruz de Lavagna y Arnold, el ex vice gobernador de Kirchner, y la UCR. Fue el mismo día que la clase trabajadora protagonizaba un extraordinario paro general provincial contra el atropello del criminal Varizat a los docentes, cuando todo el arco burgués -con la firma del Partido Obrero junto a la de la CCC y el MST- reclamó “paz social” en una “Carta de la Multisectorial de Río Gallegos al gobernador Peralta”. Firmarlo fue un apoyo político a un pronunciamiento público en medio de una crisis abierta por la lucha de clases, para impedir que la dinámica de la movilización terminara tirando al propio Peralta. Es una grave capitulación de la independencia política de clase trabajadora, tanto de las direcciones sindicales como de la CCC, el MST y el Partido Obrero.

Lamentablemente PO oculta, y al mismo tiempo intenta justificar, su firma en la carta de la paz social.

Un articulo del dirigente del PO de la provincia, el compañero Miguel del Plá (que no dice que efectivamente firmó el documento Multisectorial), ensaya una primera justificación diciendo que el documento contiene “reivindicaciones de los trabajadores”1. Pero, como saben los compañeros del Partido Obrero, justamente de eso se tratan las trampas de los frentes de conciliación de clases: incluir las reivindicaciones sentidas por los trabajadores para encauzarlas hacia un objetivo burgués.

La carta al gobernador de Kirchner que firmó el Partido Obrero pide “el juicio y condena a todos los responsables de ordenar y perpetrar los hechos de violencia y represión sufridos; la desmilitarización de la provincia y el desmantelamiento del aparato represivo; la anulación de la renegociación del acuerdo firmado con Pan American Energy que compromete el futuro de los habitantes de la provincia”. Pero deposita estas demandas en el gobernador, ya que sostienen en el documento Multisectorial: “es responsabilidad de los gobernantes garantizar la paz social, el respeto de los derechos humanos y la seguridad de la población” y le exige al gobernador Peralta la “plena vigencia de los valores y principios democráticos”.

El Partido Obrero ha criticado correctamente a la corriente de Nahuel Moreno porque el PST en 1975 firmó en un tono parecido el documento del “Grupo de los 8” con la UCR de Balbín y otros partidos patronales que, contra el accionar de las bandas fascistas de la Triple A, reclamaron una serie de demandas democráticas al gobierno de Isabel Perón, defendiendo “la vigencia de la democracia”2. Lo que firmó el PO en Santa Cruz no tiene nada que envidiarle.

El actual gobernador de Santa Cruz es el principal responsable político del ataque a los docentes. Asumió, puesto por el presidente, para mantener en el poder a los mismos que hace décadas gobiernan Santa Cruz. Un régimen basado en la modificación de la ley electoral para posibilitar la reelección y una Cámara con subrepresentación para las minorías, con un Tribunal Superior de Justicia digitado por jueces amigos y fiscales parientes de la familia Kirchner; y la concentración de negocios con el Estado para una camarilla de empresarios y “nuevos ricos” cercanos como los Lázaro Báez, Gotti, Ulloa, Ivanissevich o los banqueros Eskenazi, socios de la Repsol, Pan American y las multinacionales mineras y pesqueras. Peralta es, como Varizat, un miembro de esa camarilla antiobrera y antipopular. La Carta de paz social que firman desde la Sociedad Rural hasta la CCC, el MST y el PO pretende que este régimen se reforme a sí mismo y le reclaman al propio Peralta, es decir a Kirchner, que garantice ese cambio.
Mientras esta declaración de pedido al gobernador no obtuvo una sola reivindicación democrática, fue en cambio la propia acción independiente de los trabajadores santacruceños, como la marcha con ocupación de la Casa de Gobierno del 18 de agosto, lo que logró el triunfo de la destitución del odiado jefe de policía Wilfredo Roque, hombre de Kirchner y responsable de la represión a los municipales en mayo pasado.

La editorial de Prensa Obrera de Jorge Altamira denuncia a la CCC y al MST de “integrar” la Multisectorial pero no menciona la firma del PO de Santa Cruz. Sostiene que “Es necesario empeñar todo el esfuerzo en separar políticamente a las bases sindicales y obreras, que han sido las exclusivas protagonistas de la rebelión popular, de los que han arribado a la crisis a último momento” (Prensa Obrera, 23/08). Pero el PO ha hecho lo contrario, y desgraciadamente este hecho es un salto en una orientación que vienen teniendo desde hace meses. Porque no es cierto que el Obispo y la UCR hayan llegado “a la crisis a último momento” sino que desde el mes de mayo, luego de la caída del gobernador Sancho, lograron encauzarla junto a la dirección de ADOSAC hacia “el diálogo social” con el sucesor Peralta. Y justo en ese momento, el candidato presidencial del PO Néstor Pitrola fue a entrevistarse a Río Gallegos y enviar otra “carta” pública, esta vez al Comité Provincial de la UCR y al intendente Héctor Roquel para “abrir la discusión” sobre un frente político con los que acababan de votar en la legislatura provincial el apoyo a la asunción del kirchnerista Peralta3. ¿Esto se parece a “empeñar todo el esfuerzo en separar políticamente a las bases sindicales y obreras” del frente patronal?

La cerrada negativa del PO a constituir un frente de la izquierda clasista y socialista y luchar por un gran partido de la clase trabajadora, está directamente relacionada con su actitud vacilante en defender una postura de independencia política en la lucha de clases.

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