Desde el PTS y junto a los compañeros con quienes impulsamos agrupaciones clasistas en distintos gremios, seguimos denunciando las condiciones de trabajo que nos imponen: ritmos agotadores, condiciones precarias y jornadas extenuantes que nos traen accidentes y enfermedades.
Por eso impulsamos esta campaña. Basta de dejar la vida en las fábricas para que las empresas sigan ganando. Organicémonos para conquistar una jornada de 8 horas, 5 días a la semana, con un salario igual a la canasta familiar; para que haya delegados en todas las empresas que puedan controlar los ritmos de trabajo y las normas de seguridad e higiene; para que reconozcan los certificados particulares y no nos envíen a trabajar enfermos; para anular la Ley de Riesgos de Trabajo neoliberal que hoy sostiene el kirchnerismo.