La semana pasada Gestamp dispuso una nueva tanda de suspensiones. Antes ya había suspendido a 70 trabajadores pero esta vez la lista de suspendidos fue una selección de compañeros que de manera alevosa mostraba la intención de la patronal de dejar a los activistas afuera, una persecución que de no enfrentarse terminaría con despidos. Así lo entendieron los trabajadores.

Por ello se hicieron asambleas que resolvieron el estado de “asamblea permanente” parando por dos turnos la producción. El lunes la patronal hizo un lockout en forma de asueto y los trabajadores respondieron con un corte de Panamericana, que salió en los medios y lo vieron miles de personas.

A la tarde del martes, aprovechando que los delegados fueron al ministerio, la burocracia del SMATA convocó a una “asamblea” donde se amedrentó a los trabajadores informando que todo aquel que se acercara a los suspendidos iba a sufrir la misma medida. Por la noche del martes y a la mañana del miércoles se informó que se había despedido a compañeros suspendidos y a nuevos activistas que no estaban suspendidos. Se dice que serían 60.

Durante al día de hoy (miércoles 7) una pequeña patota del SMATA estuvo dentro de la planta, para meter miedo, mientras la policía bonaerense dispuso de un operativo frente a la planta e incluso dentro de la misma.

Mientras tanto los trabajadores montaron un acampe y se mantienen firmes exigiendo su reincorporación y deliberando cómo continuar esta lucha.

El conflicto que vivimos en Gestamp hay que enmarcarlo en una situación, donde diferentes patronales de la industria automotriz pretenden exagerar una baja de la producción, presentándola como una crisis, y sobre el temor a despidos masivos para aumentar la explotación y empeorar las condiciones de trabajo.

Pero para lograrlo tienen un obstáculo: el malestar que recorre las bases, de miles y miles de obreros de las terminales y autopartistas que ven la prepotencia patronal y la actitud permisiva del gremio. A lo que hay que sumar que dentro del SMATA avanza el sindicalismo combativo y la referencia con los trabajadores de Lear y su opositora lista Celeste.

Por eso, además de apoyar todas las medidas que convoquen los trabajadores de Gestamp, tenemos que impulsar el Encuentro del Sindicalismo Combativo de Zona norte para lograr la fuerza necesaria para terminar con los despidos y persecuciones y doblegar a los que quieren que la crisis la paguemos los trabajadores.