Las posiciones que conquistamos desde la Juventud del PTS, junto a los compañeros independientes que nos acompañan en las distintas agrupaciones, tenemos que transformarlas en palancas más fuertes para los objetivos estratégicos que nos proponemos desarrollar. Por un lado, consideramos que las conducciones de los centros de estudiantes no “son” los centros mismos, como PO y La Mella quieren instalar con el “modelo FUBA”, sino que se impone impulsar la más amplia participación para que vuelvan a transformarse en instancias de lucha, debate y organización del conjunto del movimiento estudiantil de todas las facultades. Por eso, la simpatía que generó el triunfo de la izquierda tenemos que transformarla en centros militantes que excedan a las corrientes mismas. Aunque conformarse sólo con ello sería un problema. De lo que se trata es de ir fogueando, construyendo y peleando por que cada vez más franjas del movimiento estudiantil se unan a la idea de que no hay resolución posible de los problemas que plantea el capitalismo, incluyendo los propios específicos del estudiantado, sin la intervención organizada y revolucionaria de la clase obrera.

Cuando el kirchnerismo envalentona a toda clase de gobernadores e intendentes derechistas, la conquista de los centros nos da aún mayores responsabilidades. Años importantes nos esperan. Ser la voz de los trabajadores y sectores populares en la principal universidad del país, retomando lo mejor de las experiencias que hemos desarrollado como la alianza que se gestó entre el Cefyl y los compañeros de Kraft Terrabusi en 2009, es una de las tareas fundamentales. También, al ser parte de la Ciudad de Buenos Aires, tenemos que poner nuestra energías en pensar cómo, si Macri vuelve a la carga contra los trabajadores del subte, allí tendrán que estar los centros conducidos por la izquierda dando toda su solidaridad, como lo hicimos con los trabajadores del Borda en la última represión. Los compañeros secundarios y terciarios podrán contar con un nuevo aliado para darle más fuerza a sus combates contra el macrismo. La lucha de las mujeres por sus derechos también tiene que tener un nuevo impulso a partir de las comisiones de mujeres que se conformen en cada facultad, y nos daremos el objetivo de llevar a miles de ellas al encuentro nacional.

Mientras las calles de Latinoamérica y el mundo le dan la bienvenida a una nueva generación de jóvenes que empieza a pelear por lo propio y a mostrarle los dientes a un capitalismo que parecía intocable, pondremos estas nuevas conquistas para que a quienes nos gobiernan les vuelva el miedo a esa unidad obrero estudiantil que ya dio en la historia sobradas muestras de fortaleza.