El gobierno del empresario Sebastián Piñera viene acrecentando su política represiva y criminalizadora contra las movilizaciones y los luchadores sociales en Chile.
El jueves 15, Cristina Fernández llegó a Chile a pocas horas de que miles de estudiantes en lucha por la educación gratuita fueran duramente reprimidos, con heridos y más de 50 presos por la policía chilena.
El gobierno de Evo Morales ha encarado un nuevo ataque contra los trabajadores, esta vez los de la salud.
El martes 13 de marzo falleció quien fuera junto a otras 4 valerosas mujeres (Luzmila Rojas de Pimentel, Nelly Colque de Paniagua, Aurora Villarroel de Lora y Angélica Romero de Flores) las que iniciaron la huelga de hambre que dio comienzo a una poderosa movilización democrática que puso fin a la dictadura de Banzer en los 70’.
Termina la primera semana del lanzamiento de la película de Contraimagen con una gran repercusión. El estreno fue reflejado como novedad por la prensa, la TV y sitios de Cine. El público llenó la sala ansioso por participar del viaje. Todo el arco ideológico y político de “los medios” debió dar cuenta de que valiosas imágenes de los combates más agudos de la clase obrera en los 70 llegaron, con 40 años de retraso, al cine nacional.
Escándalo y bochorno: absolvieron a todos los policias implicados en el asesinato de Antillanca.
Defendiendo al gobierno, Hebe de Bonafini llegó a afirmar que “si el proyecto fracasa, es por culpa del pueblo y de algunos que gobiernan, pero no de Cristina”.
A fines del año pasado, la Cámara de Diputados dio media sanción al proyecto de ley de identidad de género que reconoce el derecho a las personas a desarrollarse conforme con su identidad.
Tras las fricciones abiertas entre Gran Bretaña y Argentina, Cristina renovó el apoyo regional luego de recibir el espaldarazo del presidente de Chile y el respaldo de la Unasur. Pero la noticia que más alegró a cancillería provino de EEUU, que ratificó su “neutralidad”, aunque reconoció “de facto” el dominio británico sobre las islas.
Los afiches en la calle muestran la cara de José Ignacio Rucci y la siguiente frase: “su drama es que el Movimiento Obrero es peronista, y sus dirigentes somos peronistas y para su mayor desgracia el secretario general de la Central Obrera, es peronista”.