Primeros apuntes sobre las perspectivas políticas a partir de la crisis capitalista internacional.
De la ridícula teoría del “desacople” de Argentina ante el derrumbe capitalista mundial, el oficialismo pasó ahora a reconocer que habrá “secuelas económicas y sociales que debemos tratar”, como acaba de afirmar Cristina Kirchner.
La división europea frente a la crisis financiera internacional, y la semana anterior la fractura en los partidos republicano y demócrata en Estados Unidos, muestran que la crisis capitalista mundial –la más importante desde la década de 1930- se politiza en forma acelerada.
El salto en la crisis europea y la repercusión en los países semicoloniales y dependientes, son indicadores de la globalización de este desastre financiero. Como venimos explicando, la mayor internacionalización de la economía y de las finanzas ocurrida en las últimas décadas, permitió una recuperación de la tasa de ganancia, pero también ha aceitado los mecanismos de contagio de las crisis.
Nouriel Roubini, que desde que comenzó la crisis en 2007 viene alertando sobre el peligro de un desenlace como el actual, no para de escribir análisis catastrofistas, solicita medidas extremas y sigue criticando a la FED por perder el tiempo, aunque ésta ya ha empezado a tomar algunos de sus consejos, por ahora con no muy buen resultado.
Por primera vez desde que comenzó la crisis financiera, los países semicoloniales y dependientes sintieron con toda violencia el impacto de la crisis. Este impacto ya se estaba anunciando con la caída de las exportaciones a los países centrales y el endurecimiento de las condiciones crediticias en los mercados internacionales de dinero, pero esta semana estalló con fuerza.
El pasado 8 de septiembre, Ford, General Motors España, y Seat, en una decisión conjunta y acordada, anunciaron, a la misma hora, recortes en sus plantillas. Ford presentó un ERE (Expediente de Regulación de Empleo, solicitud de suspensión, despido o reducción de la jornada) temporal, que afectará a entre 1.000 y 1.200 empleados y la decisión de eliminar el turno noche en la fábrica de Valencia.
“Veo un período difícil por delante”, dice Cristiano Ratazzi, presidente de la FIAT. La industria automotriz y muchas ramas metalúrgicas han ganando millones estos años, pero la crisis internacional los ha obligado a rever sus planes. Dificultades para acceder al crédito, baja en las exportaciones, menor consumo y obra pública, ahora todo parece ‘conspirar’ contra sus negocios.
El miercoles 8/10 nos encontramos en la calle en el marco de un paro provincial, los sindicatos nucleados en la CTA: ATEN, ATE y Sejun, que junto a Zanon, Cerámica del Sur (en lucha actualmente), Cerámica Steffani, Céramica Neuquén, estudiantes y distintas organizaciones políticas y sociales, salimos a exigir al gobierno de Sapag la expropiación definitiva de Zanon, recomposición salarial para todos/as los/as trabajadores/as, pase a planta de los contratados/as de las distintas entidades provinciales y el rechazo a las prórrogas petroleras que impulsa el gobierno.
Peugeot Palomar le venía exigiendo el máximo a sus 5.500 trabajadores. Los tres turnos de 8 horas resultaban ser insuficientes y para cualquier contratado cumplir las horas extras era prácticamente una obligación si quería quedar efectivo. Pero todo esto ha terminado.
Esta semana la Peugeot anunció que reduce una hora la jornada laboral. A finales de septiembre, la General Motors dijo que debido a la crisis y a la baja de las exportaciones a Brasil suspende la producción durante la última semana de octubre.